Francina Armengol y Biel Barceló este martes en el Parlament. | Teresa Ayuga

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El contundente rechazo de MÉS a apoyar la enmienda que permite seguir urbanizando en determinadas áreas sin alcantarillado ha marcado una profunda división en el Govern entre MÉS y PSIB, pero además ha dejado tocado el conseller de Medi Ambient, Vicenç Vidal. Vidal se reunió con el PI, aceptó la enmienda e incluso propuso una serie de modificaciones técnicas «para que no fuera un desastre y para buscar posibles alternativas», según explicó él mismo.

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Cuando miembros de MÉS se enteraron el sábado de estas intenciones, se negaron en redondo. Dirigentes ecosoberanistas reconocieron que se trataba de una desautorización al conseller ya que no había presentado la enmienda a MÉS para que diera su opinión. En cualquier caso, también trataron de quitar hierro al asunto. «Ha sido un error, sin más».

La enmienda sobre el alcantarillado ha envenenado las relaciones entre MÉS y el PSIB a poco más de 20 días de que concluya la moratoria que aprobó el PP en la anterior legislatura. MÉS cree que el PSOE también ha sido desleal ya que antes de llegar a un acuerdo con el PI, el conseller Marc Pons tenía que haber sometido esta propuesta a la consideración del resto de partidos del pacte, «como se hizo con la ecotasa». En el PSIB, por su parte, aseguran que MÉS trata de ponerse de perfil «como cada vez que surge un problema».