Francina Armengol. | Redacción Digital

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En el Consolar se habla mucho estos días del hotel Ritz de Madrid. Este jueves pronuncia allí Francina Armengol una conferencia coloquio ante el afamado foro de Nueva Economía, compuesto por empresarios y la jet set mediática capitalina. En el Passeig Sagrera le están preparando la intervención al milímetro a la presidenta inquera. No quieren improvisaciones, conscientes de que intervendrá ante la flor y nata del Paseo de la Castellana una política socialista periférica que es la antítesis de Susana Díaz, la sultana de las líneas rojas a Sánchez para que escore hacia la derecha y le permita seguir chupando un dineral en peonadas y el mantenimiento de su red clientelar.

Por contra, Francina es de un Archipiélago periférico, que padece una financiación autonómica humillante, es de una tierra acostumbrada al expolio fiscal descarnado, con centenares y centenares de millones que se van cada año y no vuelven. Y además es catalanoparlante, con una visión mucho más precisa del conflicto del Principat del que tienen en Madrid. Hay interés en el Consolat para que Francina se luzca este jueves. Ha de explicar el pacto de izquierdas a la balear. Y de que un acuerdo con Ciudadanos se produce fiebre asiática. Por mucho que a Pedro Sánchez se le ponga la cara seria.

Pero también ha de saber exigir. La mala financiación autonómica que padecen las Balears impide puedan ejercer de locomotora económica para el conjunto del Estado. Todo indica que Francina reclamará este derecho si se consigue una mucho mejor financiación. A su vez, afirmará que no es oro todo lo que reluce en las Islas, subrayando la intolerable tasa de paro y, sobre todo, la necesidad del Govern de aplicar políticas sociales importantes para ayudar a los segmentos sociales más desprotegidos. La marginación y la insolidaridad son incompatibles con el turismo sostenible, bien estructurado y seguro. También justificará la ecotasa como escudo de protección del medio ambiente. Y será muy clara destacando que la situación ha mejorado este último año, respecto a las políticas austericidas de Bauzá.

Francina piensa exponer en Madrid el modelo federal, la visión de una España plurinacional y asimétrica que aún levanta ampollas en los aledaños del Paseo de Recoletos. Y no sólo en la dura derecha capitalina. Sabe que tal óptica genera contradicciones dentro del PSOE. Pero un hecho es incuestionable: Balears es una comunidad ponedora mientras que andaluces y manchegos son receptores.

Hay mucho interés en el PSIB por esta conferencia-coloquio. Por un lado saldrán de esta charla los grandes rasgos de la estrategia electoral de este partido en Balears de cara al 26-J. También representa, de alguna manera, los cambios que se han producido en el Consolat últimamente coincidiendo con la designación de Pere Joan Pons como candidato socialista al congreso.

Armengol le está dando un matiz más federalista y con mayor sensibilidad nacionalista a su acción política, consciente de que así podrá tener influencia sobre importantes segmentos de votantes de centro izquierda ante el embate de Podemos. La inquera busca solidez, profundidad, argumentos serios y visión de futuro en su discurso, aunque no guste en Madrid y aunque moleste en Sevilla, donde Susana Rojas ha confundido el Guadalquivir con el Mare Nostrum. Es la hora de Francina para hacerle ver a Sánchez que o se abre con nitidez hacia el federalismo o el PSOE corre el riesgo de quedarse petrificado en el pasado. Y que su próxima política de pactos ha de partir de esta evidencia. Está segura de que si su argumentación tiene peso, ciencia y contundecia, la van a comprender hasta en el PSOE andaluz.