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El último informe de la Dirección general de Agricultura y Ganadería de marzo muestra un efecto positivo de las lluvias de los últimos meses en el campo, que podría reducir las pérdidas previstas en función de la climatología de las próximas semanas.

Sin embargo las precipitaciones de enero y febrero se han situado por debajo de la media del año pasado, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, informa en una nota de prensa la Consellería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca continúa haciendo un seguimiento de la sequía agraria.

En la zona del Migjorn, tanto la cebada como la avena presentan una baja densidad del cultivo a causa de la germinación deficiente de las semillas aunque el estado vegetativo de las plantas ha mejorado gracias a una pluviometría más favorable.

De la cebada han rebrotado algunas de las plántulas secadas que presentan un espigado con mucha variabilidad de altura.

En ambos casos (cebada y aventa) as pérdidas de producción se sitúan entre el 50 y el 70 % dependiendo del comportamiento climático de las próximas semanas.

En relación al triticale se observa una buena densidad del cultivo gracias a una adecuada germinación de las semillas, las plantas también han mejorado su estado vegetativo como consecuencia de las lluvias que han provocado el rebrote de las plántulas secadas creando un espigado con mucha uniformidad deteniendo cualquier tipo de pérdidas por climatología adversa.

También se prevén bajas las pérdidas de producción de guisantes en la misma zona. En cambio, en el «favó», éstas se cuantifican entre un 20 y un 50 % en función del comportamiento climático de las próximas semanas.

Se trata de datos que se analizarán en la próxima comisión técnica de sequía programada por el próximo martes día 30, iniciativa del conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal.