El Consell de Govern de la Universitat balear se reunió ayer para decidir, entre otros puntos, la creación de la Facultad de Medicina. Entre los ausentes estuvo el decano de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia, que ha sido uno de los que más abiertamente ha expresado su rechazo a la nueva facultad. | UIB

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Lo tienen perfectamente estudiado. Balears produce cada años una media de 60 alumnos con el expediente académico y la vocación para estudiar medicina. Esta media es la que determina la creación de la Facultad, que ha dado su primer paso con su aprobación por parte del consejo de gobierno de la UIB. Faltan otros pasos, pero la iniciativa cuenta con el decidido apoyo del Govern Balear y su Conselleria de Salut. La mirada ya está puesta en el próximo curso, cuando, en principio, podrían iniciarse los estudios de primero. Hacen falta profesores para este primer paso, pero la UIB cuenta con personal suficientemente cualificado y de primer orden para impartir algunas de las asignaturas. Sería un año de margen para ya ir preparando los cursos posteriores.

Tres evidencias mueven a la creación de esta facultad. En primer lugar el problema de la insularidad. A lo largo de generaciones, muchos baleares han visto frustrada su vocación al no tener sus familias recursos suficientes para costearles los estudios en la Península. La segunda evidencia es que en el Archipiélago hay déficit de médicos. La tercera es la discriminación: la UIB, junto con La Rioja, es la única universidad de España que no cuenta con Facultad de Medicina. Pero La Rioja tiene cerca otras universidades, como Navarra, que sí imparten estos estudios con gran solvencia y prestigio. Y como hiriente contrapunto para Balears, las Canarias tienen nos facultades de Medicina.

En el Govern existe el convencimiento de que hay que dar el paso. El Hospital de Son Espases tiene las instalaciones preparadas y a punto, incluidos laboratorios. Los estudiantes podrán realizar prácticas en una instalación que ha costado en su conjunto más de 600 millones de euros. Que ahora sirva de soporte para formar médicos es también una manera de devolver a la sociedad el gran esfuerzo que ha realizado. Y aunque el Govern anda muy escaso de recursos, o se aprovecha la actual oportunidad, con posibilidad de conseguir ayudas, o habrá que esperar otra década. Los próximos pasos son superables. Tanto el consejo social de la UIB como el Executiu darán luz verde y parece imposible que la aprobación final en Madrid por parte del consejo de universidades sea negativo.

Este paso también es muy importante para el actual Govern y Parlament Balear. Con poco presupuesto pueden lograr muy pronto un paso histórico para el Archipiélago: formar aquí sus propios médicos. Ahora parece incluso ridículo recordarlo. Pero siglos atrás las islas eran especialmente sensibles a las epidemias, a la peste y a desgracias similares. La población no podía huir en masa. Desde esta perspectiva, una facultad de Medicina pública es un avance de dimensiones históricas. Y es un objetivo que está más cerca de lo que podría pensarse. Para el primer curso pueden ser suficientes 600.000 euros, una cantidad más que asumible incluso para un autogobierno casi maniatado por su endeudamiento.

Y además, tendrá consenso político. Lo que es muchísimo. Casi un milagro.