Gente votando en un colegio de Manacor. | Assumpta Bassa

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Este 20-D ha certificado la defunción del bipartidismo, que ha perdido cinco millones de votos. De ellos, tres y medio han huido del PP. La política de recortes y sacrificios de Rajoy le ha pasado factura. Donde había dos partidos hay ahora dos bloques que habrán de aprender a dialogar con humildad y sin prepotencias.

Los independentistas catalanes no han obtenido buenos resultados, sorprendidos por los podemitas catalanes, que en todo caso son partidarios del referéndum de autodeterminación. Pero Mas y Junqueras, que presentaban a sus partidos por separado pero están entrelazados en Junts Pel Sí, han obtenido 17 diputados. Son la clave. El bloque de derechas PP-C.s tiene 162 diputados, más o menos los mismos que el bloque de izquiedas PSOE-Podemos-IU. El voto catalán les da la Moncloa.

«Cuanto más débil es Madrid, más fuertes somos nosotros». Este viejo principio del soberanismo catalán alcanza ahora toda su fuerza y vigor. Del desprecio chulesco de Rajoy se puede pasar muy pronto a las idas y venidas de Sánchez e Iglesias a Barcelona para intentar llegar a un acuerdo con Más y Junqueras. No será fácil. Nos aguardan unas navidades duras y complejas. Pero Moncloa bien vale una pasada por el Pati dels Taronjers de la Generalitat.

Artur Mas, que ha soportado en los últimos años ataques feroces del PP de Rajoy y de la caverna mediática madrileña siente ahora el placer de la hora del desquite. El futuro de Rajoy y de Naranjito están en sus manos, Como también lo está hacer presidente a Pedro Sánchez. La factura que presentará a cambio será enorme, incluido el referéndum. Pero Sánchez sabe que solucionar con inteligencia el problema catalán es la única apuesta de futuro sólida. Rajoy no quiso hacer de Cameron y lo ha pagado. Si a él le sale bien la jugada puede ser presidente y asentarse en el puesto en una legislatura que, de todas maneras, será corta.

Otra posibilidad es el tripartido PSOE-Podemos-C,s. Pero Iglesias y Rivera no tardarían en enfrentarse muy pronto, haciendo inviable este Gobierno, que también podría ser el final de Pedro Sánchez. Esta ecuación sólo se resolverá en las tierras de la Sardana y con un acuerdo con los independentistas catalanes. No hay otra.

El PSIB ha de cambiar

En Balears el PSIB ha cedido su segundo y cómodo puesto a Podem. Ha sido un duro golpe para ellos, que han perdido muchísimos votos. Tienen que hacer examen de conciencia, reflexionar mucho y abrirse a la sociedad, Los socialistas baleares arrastran un tic histórico desde hace muchas décadas que les empuja a encerrarse dentro de sí mismos con un instinto de supervivencia que se remonta a los tiempos de sus abuelos. Han de superarlo o ya comienzan a sentir lo que es verse desbordados.

Francina Armengol tiene que examinar estos resultados al milímetro porque los mejores resultados de Podem se han producido en las zonas dominadas por los partidarios de Aina Calvo, la levantisca jefa del sector crítico socialista, comenzando por Palma y Artà. Es sospechoso. Por eso el objetivo de Armengol ha de ser abrir el partido, sus ideas y sus objetivos. Es imperioso que lo haga.