Captura de un ejemplar de águila pescadora. | B. RAMIS

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El conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca ha liberado este miércoles en s'Albufereta un ejemplar de águila pescadora macho nacida en 2006, a la que se colocó un emisor y un anillo por parte del GOB en el año 2008, ha informado el Govern en un comunicado.

El ave fue recogida el pasado 10 de julio en el mar, ante el Barcarès, débil y con problemas de alimentación y plumaje. El COFIB (Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares) se ha encargado de sanar y recuperar este ejemplar y confía en que pueda adaptarse de nuevo a la vida en libertad.

El águila pescadora es uno de los rapaces más escasos de todo el Mediterráneo y en la segunda mitad del siglo pasado sufrió una gran recesión y se convirtió en la especie más amenazada de todo el Estado.

Esta especie desapareció de las costas de la Península Ibérica, de una gran parte del litoral de Balears, de Cerdeña y de otras islas. Sólo se mantuvo una pequeña población en la costa norte de Mallorca, la Tramontana de Menorca, en la isla de Córcega y en la costa de Marruecos.

Los dos factores que más han afectado a las águilas han sido la persecución directa y la electrocución. Hasta los años setenta era relativamente frecuente que las grandes águilas recibieran disparos y, en algunas zonas, los nidos eran expoliados como curiosidad o para comerse los huevos.

Un factor aún más insidioso es la electrocución: las águilas suelen ponerse en torres eléctricas y con frecuencia lo hacen mojadas, después de pescar, con un riesgo muy elevado de morir electrocutadas.

En 2007 el Govern aprobó un plan de conservación de la especie para fortalecer y dar continuidad a diversas actuaciones de protección que habían sido establecidas desde los años ochenta, tanto para la administración como para las ONG de conservación.

Se ha trabajado para asegurar el respeto de la especie, la protección efectiva de las zonas de cría y de pesca y, especialmente, la corrección de puntos peligrosos para la electrocución de las aves.

Un convenio entre el Govern y ENDESA ha permitido aislar, en beneficio de diversas especies, 1.103 puntos peligrosos en todas las Baleares.

La evolución de la situación de conservación de la especie en el Mediterráneo ha sido muy positiva: la población balear, que había llegado a un mínimo de once parejas los años ochenta, ha pasado a 24 en la actualidad y se han recuperado zonas de nidificación en Cabrera, la costa de Artà y Calvià.

En Córcega se pasó de tres parejas en 1974 a una treintena en la actualidad. Sólo en Marruecos y Argelia la evolución de los últimos años es negativa, y la especie ha perdido el 20 % de puntos de nidificación.

Por otra parte, en Andalucía se ha iniciado un programa de reintroducción y actualmente nidifican las primeras parejas.

La «gran noticia» se ha producido este año en la isla de Eivissa por cuanto en un acantilado marino que no es conveniente precisar una pareja ha puesto huevos por segundo año consecutivo.