La tradición dice que si se hace un montículo se volverá a visitar el lugar. | Karlos Hurtado

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La creación de montículos de piedras se va extendiendo por las playas de Menorca sin que la gente sea consciente del impacto en el medio y la erosión que ocasiona. Lo que era un fenómeno esporádico se está convirtiendo en una práctica masiva a partir de la creencia de que quien realiza uno de estos montículos vuelve a visitar el lugar. Se trata de una moda reciente también arraigada en Eivissa y Formentera.


Uno de los lugares donde se concentran más montículos es en nea playa de Cales Morts, aunque el fenómeno está en clara expansión en otros puntos de la Isla. Los ciudadanos que practican esta moda se dedican a recoger las piedras que encuentran en el entorno para construir estos montículos y cuando se agotan las piedras a simple vista empiezan a desenterrar las de los arenales o paredes en sec.