Imagen de piquetes en Son Pacs con motivo de la huelga de Emaya que tuvo lugar en noviembre de 2012. | Joan Torres

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La dirección de Emaya y los trabajadores no consiguieron acercar posturas en la reunión mantenida ayer, lo que significa que la huelga indefinida de recogida de basuras sigue adelante a pesar de los mensajes de alarma de las principales asociaciones empresariales y comerciales de Palma. El jueves vuelven a sentarse las partes en conflicto y, si no hay acuerdo, será muy probable que el mismo día 22 Palma amanezca con los contenedores llenos de basura.


Trabajadores y empresa se habían dado cita en el Tribunal de Arbitraje y Mediación de las Islas Baleares (TAMIB), pero las cuatro hora de encuentro no sirvieron para nada.

Ilegal

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De hecho, minutos antes de su reunión con los trabajadores, Emaya había registrado una denuncia en los juzgados al considerar que la huelga es ilegal porque sus motivaciones no son laborales sino políticas. Si la huelga es declarada ilegal, los participantes podrían llegar a ser despedidos.

La medida encendió los ánimos de los trabajadores. Aseguran que es una muestra de la nula voluntad de diálogo de la empresa. «No puede ser que por un lado pretendan abrir vías de negociación y, simultáneamente, presenten una denuncia en los juzgados», afirmó el presidente del comité de empresa, Miguel Romero.

La dirección de Emaya asegura en su denuncia que la convocatoria de huelga es un auténtico «manifiesto político» y en los objetivos de negociación se incorporan peticiones que exceden la capacidad de decisión de la empresa.
La dirección de la empresa considera que el escrito de huelga pretende modificar el convenio colectivo, el pacto de empresa y los acuerdos alcanzados formalmente en su día.