Momento en el que descienden al tradicional Crist de la Sang de su habitual camarín. | Jaume Morey

TW
3

Eran las 23.45 horas cuando el paso del Sant Enterrament salía de la iglesia de Sant Francesc de Palma. Numerosos fieles se acercaron hasta el casco antiguo de Ciutat para ver la última procesión de Semana Santa, que se caracteriza por el silencio y la plegaria que marca el Viernes Santo.

La procesión del Sant Enterrament, como la del Crist de la Sang del Jueves Santo, marca un hito en la Semana Santa palmesana, por lo que es una de las que congrega a más fieles. El buen tiempo de ayer propició que fueran muchos los ciudadanos que se acercaran hasta el centro histórico para ver pasar la procesión, en la que participaron alrededor de 3.500 cofrades, menos que la noche anterior a causa del cansancio acumulado.

A las 19.30 de la tarde salían los primeros pasos de la iglesia de Sant Francesc y durante unas tres horas los asistentes concentrados en la plaza pudieron ver salir a los penitentes de las 33 cofradías y sus respectivos pasos. Este año se recuperó el orden de las cofradías en función de la antigüedad.

Pasos

Uno de los momentos más esperados de la procesión de anoche fue la salida de los pasos de Nostra Senyora de l’Esperança y Nostra Senyora de la Salut, los dos únicos portados por costaleros. Justo antes de la manifestación religiosa, ‘bailaron’ en la Plaça de Sant Francesc, como es habitual. Fueron dos de los pasos más aplaudidos a lo largo del recorrido, que por tercer año consecutivo recuperó el itinerario por las calles del centro histórico de Palma.

Noticias relacionadas

La ruta por el casco antiguo de Ciutat dio una enorme vistosidad a la procesión que, tras salir de la iglesia de Sant Francesc, transcurrió por las calles Convent de Sant Francesc, Plaça de Santa Eulàlia, Cadena, Plaça de Cort, Colom, Bosseria, Galera, Corteria, Quartera, Esparteria, Mercadal, Ferreria, Porta de Sant Antoni y Socors. Finalizó en la iglesia del mismo nombre.

A pesar de que fueron muchos los fieles y curiosos que se concentraron en el centro de Ciutat para ver pasar la procesión del Viernes Santo, las calles fueron vaciándose a medida que avanzaba la noche. Como es habitual en los últimos años, la procesión se prolonga alrededor de seis horas, ya que la imagen del Cristo, una talla del siglo XVI, no llegó al Socors hasta bien entrada la madrugada.

Los intentos de las cofradías para que el entierro se celebre antes de las 00:00 horas, es decir, aún en Viernes Santo, no fueron suficientes tampoco este año. Así, hubo que esperar hasta entrada la madrugada para ver cómo se abría el sepulcro en la iglesia del Socors y se depositaba al Cristo.

Organización

Los hermanos de la cofradía de la Cruz de la Calatrava -la más antigua de las que desfilan en Palma y organizadora de la procesión del Sant Enterrament- transportaron al Cristo en medio de un silencio absoluto. La iglesia, como cada año, estaba abarrotada de ciudadanos que aguardaban en silencio absoluto vivir uno de los momentos clave de la Semana santa, el que representa el entierro de Jesucristo tras su muerte en la cruz.

Con el objetivo de dar continuidad a la procesión y evitar la fragmentación, siete miembros de la junta llevaban ‘pinganillos’ para comunicarse entre sí.