Maria Salom, durante su discurso de esta mañana. | Teresa Ayuga

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La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom, realizó un alegato en defensa de la utilidad de la institución en el debate de política general celebrado ayer en el salón de plenos. Lo hizo penas una semanas después de que el president del Govern cuestionara abiertamente el Consell, en una comida con empresarios. «La desaparición del Consell sería una mutilación para la democracia», señaló Salom en un pleno al que, por cierto, no acudió Bauzá ya que tenía otro compromiso en Valencia. Sí le escuchó en primera fila el vicepresident del Govern, Antonio Gómez.

Fue el hilo conductor de un discurso cargada de cifras, en el que Salom quiso hacer balance de lo que han sido estos tres años de gobierno, dominados por los recortes y el adelgazamiento de la institución insular.

La defensa

Aseguró que el Consell es una institución útil, que resuelve los problemas de los mallorquines. Si no existiera, no se ahorraría dinero, dijo, porque otra institución debería asumir todo el trabajo que realiza ahora la institución, tanto en materia se servicios sociales, como en urbanismo, carreteras o medio ambiente. «Suprimir el Consell sólo conduciría a tener problemas donde hoy hay soluciones y no reduciría el gasto público que tanto nos preocupa a todos», afirmó.

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Defendió la política de adelgazamiento de la institución y aseguró que esta reducción ha permitido que ahora sea viable. «Hemos asegurado los cimientos del Consell porque una buena cimentación es básica para que el edificio no caiga y pueda cumplir su función», dijo.

Junto a esta clara loa al papel del Consell, la presidenta aprovechó para hacer un repaso extenso de lo que han sido estos tres años de gobierno. Se refirió de manera especial al papel que ha jugado el departamento de servicios sociales en unos momentos dominados por la crisis. Recalcó que las ayudas del Consell se han convertido en el verdadero «muro de contención» del malestar social de Mallorca y aseguró que, sin el Consell, la situación podría ser ahora «dramática» porque más de 100.000 personas se benefician al año de algún tipo de ayuda social de la institución.

También incidió en los esfuerzos realizados para conseguir más transparencia y que no haya ni una sombra de corrupción. Puso como ejemplo la aprobación del Código Ético y de Buen Gobierno. «Hemos acabado con cualquier imagen de corrupción o de mal gobierno», dijo.

También se defendió de las críticas de la oposición, que le acusa de no reivindicar lo suficiente ante el Govern de Bauzá, y señaló que prefiere trabajar «con humildad, con este silencio tan políticamente poco recomendable y, en cambio, tan sumamente efectivo».

También hubo una sutil referencia a la esencia de la mallorquinidad, cuando destacó que el gobierno insular defenderá la manera de ser de Mallorca, «la nostra», sin hacer «concesiones» a colectivos o lobbies de presión que pretenden influir.