Jaume March, director del IES Marratxí. | Jaume Morey

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El pasado martes un millar de docentes rodearon el IES Marratxí en solidaridad con su director, Jaume March, en una nueva jornada de huelga en la enseñanza que se prolonga desde el inicio del curso 2013/14 en protesta por la política educativa del Govern. March es el responsable de la gestión de un instituto con algo más de mil estudiantes, de los que un 96% aprueba la selectividad y con una tasa del 20% de alumnos repetidores.

—En la entrada hay un cartel de la huelga que se refiere a que ‘Avui no és un dia normal’. ¿El IES Marratxí es un instituto normal?
—El cartel se refiere a la jornada de huelga, por lo demás es un centro normal, incluso en el buen resultado de sus alumnos. No somos atípicos, hacemos lo mismo que en cualquier otro instituto, pero con un clima que da buenos resultados académicos.

—Parece un centro reivindicativo ...
—No tanto. Quizá seamos más visibles, pero muchos otros institutos trabajan igual. Nada más. A título personal me considero una persona moderada en todos los temas. Será por la edad.

—¿Se considera un icono de la protesta?
—No. El martes la gente se solidarizó conmigo y me hubiera parecido mal no agradecérselo. Por eso salí en las fotos.

—¿Sorprendido?
—Por la cantidad de gente sí. Agradezco el gesto de mis compañeros.

—El paro se convocó por el expediente que le abrió la Conselleria ...
—Este expediente fue el desencadenante de una decisión que había tomado la Assemblea. Fue una casualidad.

—¿Cuál es el motivo?
—Según la Conselleria por conculcar el derecho a la educación de un alumno y faltar a la neutralidad.

—¿Por qué difundió el nombre de la alumna que le denunció?
—Lo hice mediente un sistema de mensajería interna que sólo reciben los profesores. La denuncia que presentó alcanzaba a todo el claustro. El responsable es el profesor que lo filtró a un determinado medio.

—¿Era necesario?
—Sí. Había una grabación y esto es una falta grave, por eso se tenía que saber. No es la primera ni la última vez que se identifica a alumnos.

—¿Tiene sentido que los profesores cuestionen la política educativa del Govern?
—No hay nada contra el TIL, en el IES Marratxí trabajamos en los márgenes legales que nos deja la autonomía de centro. La oposición que se hace es pedagógica. Aquí, desde hace años, ya dábamos asignaturas en inglés.

—Entonces, ¿dónde está el problema?
—En el método y en el calendario de aplicación. Lo lógico era una aplicación del TIL gradual.

—¿Es partidario de la inmersión lingüística en la escuela?
—Depende, cuando es necesario. En determinados casos la integración pasa por la inmersión, en especial en los emigrantes recién llegados. Mire, la realidad lingüística de cada instituto es diferente, pero los resultados demuestran que la capacitación lingüística en uno y otro idioma es muy similar.

—¿Y en su instituto?
—La mayoría de las asignaturas se imparten en lengua catalana, pero no hay problema si un alumno habla en castellano o redacta un examen. No somos rígidos.

—Entonces, ¿es una polémica ficticia?
—Lo de la inmersión sí. Además, apenas hay centros en Balears con el cien por cien de la enseñanza en catalán.

—¿Dónde está, por tanto, el origen de la conflictividad?
—En la imposición. Los que saben de educación son los profesores, no los políticos que cambian cada cuatro años. La educación necesita estabilidad. En cuanto al TIL su aplicación es lo más absurdo que se ha visto en años.

—¿Si se tomase un café con el president Bauzá qué le pediría?
—Que escuchase. Algo debe hacer mal el Govern cuando hay tanto malestar. Para mejorar la competencia lingüística en inglés deberia haber consultado a los expertos y aplicar medidas complementarias en la calle, como dar las versiones originales en los dibujos animados de IB3.

—¿Entiende la polémica de los lazos en las escuelas?
—El lazo no tiene otra significación que no sea la lingüística, de apoyo a la lengua catalana, que es la que el Estatut dice que es de Balears. La ley de símbolos se ha hecho exclusivamente para quitar los lazos cuatribarrados que el Partido Popular ha querido ‘criminalizar’. Es una ley absurda.

—¿Hay adoctrinamiento en las aulas?
—Tras 35 años de docencia tengo exalumnos de todo el espectro ideológico. No hay adoctrinamiento, sólo queremos que el alumnos lleguen a sus propias conclusiones, que tengan una visión crítica.

—¿Considera que el Govern actúa contra la enseñanza pública?
—Da la impresión de que se quiere vender que la enseñanza concertada en menos conflictiva y con mejores resultados académicos. Es una falacia.

—¿Si estuviera en su mano qué medidas aplicaría?
—Para mí sería prioritario invertir recursos en la recuperación de alumnos con dificultades.

—Todos los ciudadanos se han apretado el cinturón ...
—Lo que me preocupa es la cantidad de dinero que se ha destinado a salvar la banca y que sufran recortes la educación, la sanidad y las prestaciones sociales.. Los recortes repercuten en la calidad de la enseñanza.

—¿Cuándo acabará la conflictividad?
—En esta legislatura es un tema perdido. El objetivo tiene que ser un pacto social que estabilice un modelo educativo consensuado entre docentes y partidos. De momento no veo voluntad de cambio en la Conselleria.