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Dos celebraciones ecuménicas consecutivas reunieron en la tarde del pasado martes en la Catedral de Palma a miles de integrantes de la colonia alemana asentada en Mallorca, en liturgias basadas tanto en lecturas como en cánticos susceptibles de seguimiento para católicos y luteranos. El primer oficio -a las 15.30 horas- fue presidido por el obispo Javier Salinas y el segundo -a las 17 horas-, por el canónigo Joan Bestard.

En una cita de concordia entre confesiones religiosas en fecha tan señalada, y que se lleva a cabo en Palma desde el año 1970, el obispo Javier Salinas se dirigió a los congregados en el abarrotado templo indicando que «la Navidad es la fiesta del intercambio, en la que Dios se hace hombre para que el hombre participe de su vida íntima», y manifestando también que, «con Jesús, aprendamos de nuevo a vivir como sus hijos y como hermanos». Las palabras del prelado, pronunciadas en castellano y traducidas tras cada párrafo al alemán por el canónigo Joan Bestard -que desde hace casi tres décadas hace sustituciones veraniegas en parroquias católicas de Alemania-, fueron seguidas por las intervenciones de otros eclesiásticos de confesiones cristianas y católica, así como de canciones identificables en esas liturgias, seguidas a viva voz por cuantos llenaban las naves de la Catedral.

Propósitos

«Estamos agradecidos por este acto de hermandad que acaba con la bendición del obispo», señalaba Delia al incorporarse al primer acto, mientras Wolfgang hacía patente que «tanto si somos creyentes como si sólo pertenecemos a una cultura cristiana, esta cita significa recordar la Navidad como la hemos sentido desde que éramos niños».

Citas ecuménicas como la celebrada en la tarde del 24 de diciembre en Palma aluden primordialmente a movimientos en el seno del cristianismo cuyo propósito consiste en la unificación de las diferentes denominaciones de la fe en Cristo, que desde hace siglos están separadas por cuestiones de doctrina, historia, tradición o práctica.