Un operario, retirando un lazo de un centro educativo durante el pasado curso. | Redacción Brisas

TW
11

El PSIB presentó ayer una enmienda a la totalidad al proyecto de Llei de Símbols -que impide colocar en los edificios públicos, incluidos los colegios, símbolos o banderas diferentes a la de la Comunitat Autónoma- y consideró que su aplicación es «la vuelta de la censura previa».

El socialista Cosme Bonet afirmó que ese proyecto, que fue censurado incluso por el Consell Consultiu, que obligó a cambiar un artículo, «añade más gasolina al conflicto educativo».

Para los socialistas, esta ley no es más que «la ley mordaza de un gobierno inseguro y autoritario». Francina Armengol, secretaria general del PSIB, afirmó que «al Govern le molestan los símbolos que muestran señas democráticas» y se preguntó si «también habrá que pedirle permiso para colar lazos violetas», que son los que se utilizan como rechazo a la violencia de género.

El grupo Més también solicita la retirada de la ley y el diputado Antoni Pastor presentará enmiendas de supresión a todo el articulado.

Injerencia catalana

El pleno, al que no asistirá el president balear, no abordará hoy este asunto pero sí planeará sobre algunas de las preguntas. Igual que la vuelta a las aulas del profesorado (el PP preguntará a la consellera d’Educació qué opina «sobre el final de la huelga») o la proposición no de ley que ayer presentó el PP y que la Mesa de la Cámara calificará en su reunión de mañana. Se trata de una proposición no de ley «en defensa de la autonomía del Parlament».

La propuesta, que saldrá adelante, pretende manifestar su «rechazo a la injerencia del Parlament de Catalunya en las competencias que tiene atribuidas el Parlament balear».

La proposición incluye un artículo que proclama que «los Països Catalans no existen» y que «Balears no forman parte de ningún País català». Cabrer instó a los grupos a que se pronuncien «en defensa de Balears».

PSIB, Més y Pastor echaron en cara al PP que agitaran este asunto por intereses partidistas.