Enrique Jiménez, ayer, en la sede del TSJB poco antes de declarar por videoconferencia.

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La Sala de la Audiencia Nacional que juzga en Madrid a tres etarras del comando Otazua de ETA por el atentado con coche bomba que le costó al vida al brigada del Ejército Luis Conde en el Patronato militar de Santoña (Cantabria) en 2008, citó ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) a Enrique Jiménez, bilbaíno radicado en Palma desde 2011, para que declarara en calidad de testigo por videoconferencia.

Los magistrados de la Audiencia Nacional escucharon a varios testigos en el juicio celebrado ayer y aunque estaba previsto que Jiménez declarara a lo largo de la mañana, su testifical fue aplazada, tras esperar dos horas y media en una sala del TSJB.

Jiménez desempeñaba tareas de recepcionista y de control de seguridad de la instalación militar donde la noche del 22 de septiembre de 2008 ETA estacionó un coche cargado con 100 kilos de explosivos.

Onda expansiva

El artefacto explosionó a la una de la madrugada y la onda expansiva mató al brigada del Ejército, «que tuvo la mala suerte de salir en el momento equivocado», según recuerda el testigo del atentado mortal.

«La Guardia Civil nos llamó a las 12.45 horas para avisarnos que ETA había estacionado un coche bomba de color blanco o gris, y nos pidió que desalojáramos el Patronato militar» dijo Jiménez a Ultima Hora.

«Fueron momentos de muchos nervios y tensión. La bomba estalló antes de lo previsto y dejó toda la instalación como si fuera Irak, con boquetes en muros de medio metro de grosor, el techo destrozado, humo por todas partes, y cristales rotos. Al brigada que murió le avisamos que se quedara en el patio, pero buscó la puerta de salida justo en el momento en que la bomba estalló. Fue muy duro. Estuve diez días de baja por la impresión», dijo Jiménez. Daniel Pastor, alias «Txirula», como Iñigo Zapirain, «Aritxa» y Beatriz Etxeberria, «Kot», se enfrentan a penas que suman 486 años de cárcel por asesinato terrorista consumado.