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El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, y el conseller de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio, Biel Company, han liberado hoy en aguas del Parque Nacional de Cabrera a dos tortugas curadas tras ser halladas varadas en marzo y mayo.

Bauzá ha alabado el programa de recuperación de tortugas que desarrolla Marineland con el apoyo del Govern, que ha permitido tratar y anillar a unos 300 ejemplares, como los dos que han sido devueltos hoy al mar. En total, este año se han recuperado 9 animales heridos.

El presidente ha explicado que la suelta de hoy pretende «concienciar de la importancia de recoger animales varados y recuperarlos para contribuir al mantenimiento de estas especies».

Ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para evitar la contaminación de las playas y del mar para proteger la biodiversidad, ya que muchas de las tortugas que se encuentran varadas están «envueltas en plásticos o enfermas por alimentarse de residuos».

Las tortugas fueron hlladas por pescadores

Los dos ejemplares de tortuga boba (caretta caretta) liberados hoy fueron hallados por pescadores que avisaron a Marineland, según ha explicado la bióloga responsable del centro de recuperación, Gloria Fernández.

Una de las tortugas, encontrada el pasado 27 de mayo, estaba enredada en una red de pesca en la Colonia de Sant Pere, en estado de shock y a punto de ahogarse. Hoy ha sido liberada ya recuperada y con un peso de 45 kilos.

La otra fue hallada el 17 de marzo en Sa Ràpita y sufría una infección de la que también se ha recuperado. Pesa 26 kilos.

Fernández ha explicado que la recuperación de estos dos ejemplares ha sido sencilla, pero en ocasiones es mucho más difícil como la de otras dos tortugas que permanecen en el centro con fractura de cráneo y fractura de caparazón por colisiones con embarcaciones.

Según la bióloga, los principales peligros para estas torturas son al pesca de palangre, las embarcaciones que pueden llegar a producirles amputaciones, así como la contaminación marina.

El Mediterráneo es una zona importante para la alimentación de la tortuga boba, un animal eminentemente migratorio que cuando llega a Baleares suele proceder del Atlántico , Argelia o el Mediterráneo oriental.

«Nosotros las recuperamos pero la incertidumbre será qué pasará porque las amenazas siguen ahí, por lo que es muy importante la educación ambiental y el cambio de actitud hacia la protección de la naturaleza, incluso egoistamente porque es la garantía de la supervivencia para la humanidad en el futuro», ha señalado Fernández.

Museo Es Celler

Aprovechando la visita a Cabrera, el presidente y el conseller han visitado el Museo Etnográfico e Histórico Es Celler, que describe la historia de Cabrera desde sus yacimientos romano y bizantino a sus usos agrícolas, pesqueros e incluso como prisión tras la guerra de independencia, y que ha reabierto al público hace diez días, después de permanecer cuatro años cerrado desde que una tormenta afectara a su tejado.

Se han invertido 7.800 euros en las obras del museo, financiados por un programa estatal de actuaciones en áreas de influencia de parques nacionales.

Bauzá ha destacado también otra inversión realizada en Cabrera este año, de 90.655 euros, para ampliar la instalación de placas fotovoltaicas, lo que ha permitido «duplicar la potencia de 32 a 62 kilovatios, de manera que la isla es hoy prácticamente autosuficiente y ha reducido la utilización de gasóleo, algo importante porque supone un ahorro económico y un compromiso medioambiental».

El conseller Company ha defendido que el Govern ha intentado priorizar las actuaciones en Cabrera, con mejoras también en la vigilancia y la atención a los usuarios del parque. «Cabrera es un referente y un entorno natural privilegiado que queremos que esté totalmente abierto al público», ha afirmado.