Los asistentes al chupinazo del Bar España también pidieron que les lanzaran agua desde los balcones. | J. Morey / J. Aguirre

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Un año más una gran multitud de personas acudieron al Bar España para celebrar el chupinazo en Palma. Unas dos mil personas, vistiendo la tradicional camisa blanca y el pañuelo rojo, abarrotaron las calles cercanas al bar, donde antes de las doce ya había empezado la fiesta.

En el local llevan ya 15 años celebrando la fiesta navarra. El dueño, Toni Llompart, explica que la idea fue de unos cuantos clientes navarros y vascos, que no podían viajar al San Fermín de Pamplona, pero que querían disfrutar de sus fiestas. La multitud dificultó el paso de la figura del santo, mientras los ‘toros’ se paseaban entre la gente caldeando aún más el ambiente.

A la misma hora que el chupinazo de Pamplona, en la calle Escursac se intentó recrear de la manera más real posible la fiesta pamplonesa.

A medida que pasan los años aumenta el número de personas que se acercan para vivir la fiesta. Los asistentes disfrutaron a lo grande y recibieron el consabido baño de agua.

Por otro lado, Marta y Alberto, una pareja de navarros afincados en Mallorca desde hace 13 años, organizaron un gran San Fermín, con encierro infantil, chupinazo y queimadas junto a más de un centenar de amigos en el Monasterio de La Real.