Un momento de la procesión del Sant Enterrament del pasado año. | ultimahora.es

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Cerca de cincuenta personas velarán este año para que las procesiones de la Semana Santa de Palma sean ágiles y no se alarguen más del tiempo necesario, de manera especial la procesión del Jueves Santo del Cristo de la Sangre, que suele reunir a miles de fieles y que concluye en la Seu.

Este año no hay cambios en las procesiones de la capital balear respecto a la Semana Santa anterior tras la llegada hace poco más de un mes de una nueva junta de la Asociación de Cofradías de Palma, que sí hará énfasis en que los pasos no se retrasen en su recorrido ni haya cortes, también en atención a las personas mayores que siguen estos actos religiosos.

Para ello habrá 14 personas conectadas con «walkie talkies» y otras 32 en puntos de control para cumplir con los tiempos previstos, según ha explicado el presidente de la Asociación de Cofradías, Miquel Llabata.

Uno de los vocales, Joan Monserrat, ha explicado que se han mantenido reuniones con responsables y capataces de los pasos para «intentar que la procesión mallorquina vuelva a ser lo más mallorquina posible».

Monserrat se refería en concreto al canto de saetas al paso del Cristo de la Sangre, lo que alarga en exceso esta procesión; por ello, cuando un espontáneo se lance con este canto el Cristo de la Sangre parará dos o tres minutos como mucho y proseguirá su marcha.

Otro problema es que cada paso tiene un peso y un sistema de locomoción distinto, si bien este año el objetivo es que en las procesiones no se produzcan cortes, ha añadido Monserrat.