El rey Juan Carlos saluda a Iñaki Urdangarin ante la atenta mirada de la infanta Cristina el pasado 18 de febrero. | Efe

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«No nos consta que el Rey hiciera alguna gestión para agilizar este o cualquier otro proceso», fue la respuesta que dieron ayer fuentes de la Zarzuela a los correos remitidos por Diego Torres al juez del 'caso Nóos', que revelan una petición de Iñaki Urdangarin al Monarca para que le ayude a buscar patrocinadores.

Según publican varios medios de comunicación, la Zarzuela guardia silencio cobre la posibilidad de que Torres tenga en su poder los correos con la respuesta del Rey.

Torres, exsocio de Urdangarin e imputado en el 'caso Nóos', volvió a dinamitar la causa con correos que apuntan directamente al Monarca. En uno de ellos, fechado en 2004, le pide que interceda ante un alto cargo del grupo de empresas Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), y le informa que ya ha hecho gestiones con su excuñado Jaime Marichalar. «Quizás con un impulso del Señor, el tiempo no correría tanto y el señor Arnaud (su apellido correcto es Arnault) decide con rapidez», le escribe Urdangarin a su suegro. El marido de la infanta Cristina cobró 100.000 euros de LVMH como copatrocinador del foro internacional de Valencia.

Algunos operadores jurídicos opinan que el salto cualitativo en la estrategia de defensa de Torres, intentando involucrar al rey Juan Carlos, puede tener consecuencias imprevisibles en el desarrollo de la instrucción de la causa, que se encuentra en su fase final.

Valor probatorio

Torres se opone de forma taxativa a la petición de la defensa de su exsocio de que el juez impugne la autenticidad y el valor probatorio de los correos electrónicos, ya que vulneran derechos fundamentales, según el abogado del marido de la infanta Cristina, Mario Pascual.

La defensa del exsocio de Urdangarin considera que los emails son perfectamente válidos y subraya que «no se entiende la impugnación no sólo por imprecisa, sino por absurda».

Según alega, los correos facilitados son los relativos a las cuentas utilizadas «por las personas vinculadas, directa o indirectamente, al Instituto Nóos; son el instrumento de trabajo y comunicación propio y ordinario».

La defensa Torres, asimismo, afirma en el escrito presentado ante el juez que la actuación de su patrocinado «estuvo en todo momento supervisada, guiada, validada, auspiciada, dirigida, gestionada, auxiliada y demás, por parte de un ejército de asesores de todos los niveles».

Defensa

Y añade: «Si esta parte ha ido aportando elementos documentales con datos objetivos, lo es en defensa de sus legítimos derechos e intereses, entre otras razones, derivado de ello de la necesidad de tener que poner de manifiesto que de adverso, no se ha dicho verdad alguna, ni por asomo, naturalmente que en uso de su legítimo derecho a no declarar contra sí mismo que posee cualquier ciudadano que ostente la condición de imputado, con independencia de su vinculación o no a determinada institución».

El letrado de Torres también critica con dureza los seguimientos de los que fue objeto su cliente por parte de un exagente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). «¿Pretende la adversa poner en entredicho lo que dice esta parte dice, cuando va y contrata, si es cierto, nada más y nada menos que un miembro que al parecer tiene o ha tenido relación con un determinado servicio, secreto, del Estado?», se pregunta el abogado Manuel González Peeters.

Para el letrado de Urdangarin, en cambio, «no se puede garantizar la autenticidad de los correos de forma que su valor probatorio «es nulo». Señala, además, que las fotocopias aportadas de los emails «no reúnen las mínimas condiciones legal y jurisprudencialmente exigibles para ser utilizadas como prueba válida en cualquier procedimiento».