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El conseller d’Administracions Públiques, Simó Gornés, explicó ayer ante una comisión parlamentaria que muchas de las comparecencias de altos cargos para que justificaran ante el Parlament su «idoneidad» para ocupar el puesto, eran una «exhibición gratuita» sin mucha utilidad y que se aprovechaban «para preguntas personales» que no estaban relacionadas con el cargo.

Gornés justificó así uno de los cambios que ha introducido el Ejecutivo en la Ley del Buen Gobierno que aprobó el Pacte. En la nueva redacción ya no está previsto que el Parlament pueda solicitar la comparecencia de determinados cargos, a excepción de los consellers.

Este cambio no supone, según el conseller, un recorte en las exigencias de «transparencia». Tampoco, según Gornés, el hecho de que la Oficina de Transparencia ya no vaya a ser dirigida por un funcionario, sino por alguien designado por el Govern.

22 artículos

Durante la comparecencia en la Comisión de Asuntos Institucionales y Generales Gornés se avino a llegar a acuerdos para cambiar algunas cuestiones pero apuntó que para ellos es necesario dejar de lado «asuntos emocionales», en alusión a la defensa de esta ley por parte de los socialistas.

Gornés argumentó que la reforma «no es un capricho». Resumió: de 50 artículos se modifican 22 pero, según Gornés, «hay 9» que realmente tienen alguna trascendencia más allá de retoques formales y adaptaciones a la ley que prepara el Gobierno de Rajoy.