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El nuevo obispo de Mallorca, Javier Salinas, celebró ayer la misa solemne de Sant Sebastià en la Catedral de Mallorca en honor al patrón de Palma. Durante la homilía, Salinas destacó la importancia de la fiesta como valor social: «La fiesta une y promueve el sentido de pertenencia».

Dirigiéndose al patrón directamente por su nombre, «Sebastià», Salinas ensalzó la figura del patrón de Palma: «Su reliquia fue un signo providencial», dijo, recordando a la reliquia a la que se le atribuye el milagro de terminar con la epidemia de peste que sufrió Palma en torno a 1523.

La enfermedad terminó de forma súbita cuando llegó la reliquia de la mano de un sacerdote que huía del avance turco en la isla griega de Rodas.

Eloi

En agradecimiento a esta protección, en 1541 la fiesta fue declarada d'Eloi , es decir, tocada por la campana mayor de la Seu y el año 1634 Sant Sebastià desbancó al Ángel Custodio como abogado y patrón de Palma.

En un tono muy vital, el obispo Salinas se dirigió a los feligreses y, también a la representación institucional que se dio cita en la Seu: el alcalde de Palma, Mateo Isern, a la cabeza de la corporación municipal, acompañado también por la presidenta del Parlament, Margalida Duran, entre otros.