Presentación de las jornadas en el colegio Llaüt del Parc Bit. Fotos: NURIA RINCÓN

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La falta de liderazgo y creatividad de los empresarios españoles fue el denominador común del análisis que realizaron ayer los invitados a la XIX Jornada para Empresarios. Memorial Feliciano Fuster, organizada por el Centre Ariany. «Los empresarios saben cómo hacer las cosas, pero muchos no saben qué cosas hay que hacer», resumió Luis Manuel Calleja como uno de los aspectos más graves del mal gobierno en las empresas del país.

«Falta de olfato para ver las tendencias de futuro, es decir, las buenas inversiones; entender las necesidades y las posibilidades de los clientes y dar en cada momento aquello que la sociedad reclama», dijo el profesor de Dirección Estratégica del IESE, quien criticó con especial ironía el «poder sin propósito».

Inteligencia

Joan Mesquida destacó como inteligencia práctica «trabajar más, comunicarse mejor, leer más, aprender, buscar ejemplos positivos y, desde luego, entrar en los aspectos profundos que permitan promover la creatividad y la innovación. Un simple gerente no es ejemplo de inteligencia», remató.

Mesquida recordó que como exdirector de la Guardia Civil y de la Policía Nacional ha tenido «nada menos que a 150.000 personas a su cargo», dijo con orgullo.

Mesquida recordó sus esfuerzos para mejorar la colaboración española con la policía francesa contra el terrorismo de ETA.

Eduardo Olier puso el acento en la combinación de la falta de liderazgo y la ausencia de principios éticos.

«Los productos derivados han puesto de manifiesto una completa falta de ética en la gestión empresarial».

«Además, en España hay que asumir nada menos que 1,5 millones de viviendas que no han salido al mercado y la caída de la construcción, con una tasa media de paro del 26 por ciento».

Los empresarios españoles no se muestran realmente optimistas en un marco de ajuste fiscal y de crisis económica.

Laboral

La flexibilización del mercado laboral fue otro de los puntos fuertes analizados por los ponentes. En este sentido, Rolf Campos exigió una política de regulación solo en aspectos esenciales.

Calleja también incidió en «el millón de páginas que publica el BOE cada año» o los «187 pasos burocráticos que debe realizar un emprendedor para poner en marcha una empresa».

En este sentido, Calleja apuntó: «Vamos a suponer que la gente es inteligente. Como dicen los ingleses 'La cabeza dentro y las manos fuera».

Las jornadas contaron con la asistencia del director general de Comerç, César Nuño Pacheco; del presidente de la CAEB, José Oliver; y de conocidos hoteleros como Sebastián Escarrer.