Bauzá, con expresivo gesto, escuchando a la oposición antes del debate sobre la Llei de Funció Pública. Fotos: JOAN TORRES

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La portavoz socialista, Francina Armengol, echó ayer en cara al president del Govern, José Ramón Bauzá, el «pobre balance» de su primer año de gobierno, que se cumple el próximo día 18, mientras que el econacionalista Biel Barceló le advirtió que «usted no tiene cera del Corpus».

Tanto Armengol como Barceló aprovecharon sus preguntas semanales en el pleno para insistir en un asunto que saben que irrita especialmente al president: sus negocios particulares. Le criticaron que no hubiera incluido en su declaración de bienes que era administrador de dos empresas y propietario de una farmacia.

La oposición lleva varias semanas insistiendo en este argumento y lo seguirán haciendo. Incluso en plenos como el de ayer en que el 'interés mediático' estaba en la votación del diputado Antoni Pastor y la Cámara estuvo más concurrida que nunca.

Armengol y Barceló volvieron a incomodar al president. Éste insiste en que no es incompatible para el cargo y ayer fue especialmente duro con sus interpelantes. A Armengol le dijo que no podía quejarse de un balance pobre quienes, como los socialistas, han llevado a la pobreza a Balears. A Barceló le afeó que aprovechaba cada pleno para «manchar el nombre del president». Bauzá dejó en el aire, como hace en cada pleno, responder cuál era su relación con Borja Rupérez a quien, según la oposición, nombró como gerente de IB3 para que pudiera cobrar parte de una deuda particular con una vinoteca de la que Bauzá fue administrador único.

La sentencia

A este asunto, la contratación de Rupérez, se 'agarró' también el socialista Cosme Bonet durante una moción sobre IB3. «Primero -dijo Bonet- podíamos pensar que la gestión del Govern en IB3 podía responder a intereses partidistas, pero ahora nos preguntamos si no responde a intereses particulares».

El comentario se quedó en el aire. No hubo respuesta y sí un nuevo pim pam pum entre el PP y la oposición por este asunto. El Sindicat de Periodistes de les Illes Balears (SPIB), a quien el conseller Gómez acusó hace días de estar en una «conjura» con el PSIB contra el canal autonómico, se convirtió en protagonista del debate. De su moción sólo se aprobó un punto: uno en que se reconocía la 'legitimidad' del sindicato.

El otro tira y afloja vino por una polémica que abrió el Govern el pasado viernes al acusar al anterior Ejecutivo de 'ocultar en un cajón' una sentencia que anulaba el pago de pluses al colectivo médico para evitar una huelga. El Govern amagó con llevar a la Fiscalía al ex conseller Thomàs. «Va a pasar a la historia como el peor conseller de Salut de Balears», le dijo el conseller Antoni Gómez.