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En el mes de julio de 2006, hace sólo cinco años, se visaron en Balears, es decir, se dejaron listas para construir, un total de 1.748 viviendas. En todo el año 2011, la cifra de viviendas visadas fue de 1.396. Es el dato que mejor refleja la caída en picado el sector de la construcción en las Islas, que ha experimentado un retroceso espectacular en tan sólo una legislatura.

Las cifras son tan demoledoras que el de 2011 es el peor dato desde 1987, hace casi 25 años, según las cifras del Institut Balear d'Estadística (Ibestat). Este organismo no ofrece datos de años anteriores a 1987, pero dado que durante los años 60, 70 y 80 la construcción estuvo disparada en las Islas, es más que probable que haya que remontarse a los años 50 para encontrar una cifra tan baja.

El descenso en la actividad urbanística ha sido imparable desde el año 2007, fecha en la que se visaron 15.694 viviendas en las Islas. De ahí se pasó a poco más de 4.000 viviendas en 2008 y a algo más de 2.000 viviendas entre 2009 y 2010 hasta llegar al récord de mínimos del año pasado.

Excepcionalidad en 1987

El récord de visados, una cifra desproporcionada, se produjo en 1987, con un total de 53.109, según el Ibestat, algo para lo que no tiene una explicación el decano del Col.legi d'Arquitectes, Juan Morey. Para lo que sí tiene explicación es para la alarmante cifra del año pasado. Es consecuencia de la crisis económica, que ha derivado en una crisis hipotecaria profunda que a su vez ha arrastrado consigo a todo el sector de la construcción. Morey admite que la cifra es «muy preocupante», pero también confía en que el sector remonte. «Nos da la impresión de que más bajo ya no se puede caer», afirma. El presidente de la Asociación de Promotores de Balears, José Luis Guillén, no se muestra tan esperanzado. Asegura que ya hace años que su asociación está alertando de que esta situación llegaría en algún momento. «Estamos sin stock de viviendas y lo curioso es que hay demanda en el mercado, pero los bancos no dan liquidez», señala.

La crisis se ha llevado consigo a numerosas empresas de la asociación, de la misma forma que ha castigado con mucha dureza a las empresas de la construcción. Guillén asegura que los poderes públicos deben actuar para que la situación remonte. «Pero nadie pide que vuelva el boom de hace unos años, que fue un desastre para todos», matiza el presidente de los promotores.