La manifestación partió de la Plaça d'Espanya. | J. Lladó

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Más de 1.500 personas secundaron ayer la protesta convocada por los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO, además del STEI-i, contra la reforma laboral del Gobierno. «Una medida de presión para intentar negociar la ley», alegaron los representantes de las formaciones sindicales que recordaron a las víctimas de los atentados del 11-M y rechazaron cualquier crítica por la convocatoria de la protesta en la citada fecha.

La marcha dio comienzo en la Plaça de Espanya a las 12.00 horas y recorrió sin incidentes las calles Oms, Rambla y Born, donde hubo un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del 11-M.

Subido en la parte trasera de un coche todoterreno, ya que el Ajuntament no instaló la tarima para pronunciar los parlamentos, el secretario general de UGT-Balears, Lorenzo Bravo, tomó la palabra y rechazó las críticas a la convocatoria: «Las víctimas del 11-M también eran trabajadores». Bravo recordó a los muertos del franquismo y destacó la importancia de tener en cuenta a «todos los muertos».

Fascista

«Fascista», «derecha ultra», o «facha», fueron algunos de los adjetivos que el líder de UGT Balears dedicó a la «contrarreforma» laboral y a la política de recortes en educación, salud, salarios y garantías sociales.

«La más regresiva de todas, la que pretende quitar los derechos de los trabajadores y tirar por tierra cien años de nuestra historia».

Bravo añadió: «Rajoy tiene las narices como Pinocho, no ha llegado y ya ha subido los impuestos... Y el ‘Barbas' (en alusión al presidente del Govern, José Ramón Bauzà) nos va a poner la gasolina a cinco céntimos el litro».

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Bravo volvió a llamar a los ciudadanos a boicotear la aplicación de la reforma laboral: «En cada empresa hay que boicotear la ley», afirmó.

La secretaria general de CCOO en Balears, Katiana Vicens, afirmó que la huelga general no es un fin en si mismo, sino un intento de modificar la ley. «El Gobierno tiene la pelota en su tejado, ahora puede abrir un proceso de diálogo y dejar las formas autoritarias».

Sin diálogo

Vicens lamentó que por primera vez se haya roto el diálogo social: «Tan solo ha habido contactos técnicos, en ningún momento el Gobierno ha mantenido reuniones de negociación». Es una reforma «injusta, ineficaz, que rompe el equilibrio y que es fruto del miedo que tiene el PP a los sindicatos», añadió la representante de CCOO, que llamó a la movilización el 29-M.

Durante la marcha se profirieron gritos contra el presidente Rajoy: «¿Dónde están los empleos del PP?», coreaban los manifestantes.

En este sentido, fue el propio Lorenzo Bravo quien recordó que el Gobierno prevé terminar el año 2012 con 6,5 millones de parados.

Los sindicatos mayoritarios aseguraron ayer que secundarán las protestas convocadas para el próximo domingo 18 en defensa de los servicios sociales y la del domingo 25 a favor de la lengua catalana.