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El colegio oficial de médicos de Baleares ha instado a sus profesionales a rebelarse contra los «recortes indiscriminados y desproporcionados» en el sistema sanitario y ha mostrado su preocupación por sus consecuencias en el colectivo.

«Los médicos nos rebelamos frente a los recortes» es el encabezamiento del comunicado que la organización médica colegial ha remitido hoy a Efe, que resume el acuerdo al que llegaron los profesionales en su última asamblea general.

Los profesionales han puesto de manifiesto que «el Sistema Nacional de Salud vive una situación crítica» y de «dificultad sin precedentes», que requiere «buscar soluciones desde las máximas instancias políticas».

Los recortes se están aprovechando «para modificar las condiciones laborales y retributivas de forma permanente e irreversible», han añadido los médicos, que consideran que sus profesionales deben rechazar los «recortes indiscriminados, desproporcionados, denunciar sus consecuencias y rebelarse ante ellos».

«La profesión médica no debe aceptar recortes en la financiación sanitaria que provoquen pérdidas de calidad en la asistencia a sus pacientes, especialmente cuando sus efectos recaen en los más pobres, débiles, ancianos, desfavorecidos e indefensos», ha señalado el colegio en la nota.

Los médicos en formación MIR y los dedicados a la investigación son los colectivos más vulnerables por las consecuencias de los recortes, según la organización médica colegial, que añade que «la precariedad laboral y la falta de oportunidades obliga a los médicos a buscar trabajo fuera de España».

La nota agrega que tantos los médicos como los ciudadanos deben hacer un buen uso de los servicios sanitarios y que, a pesar de la crisis y los recortes, el médico seguirá defendiendo, como parte de su compromiso y responsabilidad, la calidad del acto médico.

Satse denunciará si ocurren graves incidentes

Por su parte, el sindicato de enfermería SATSE de Baleares exigirá responsabilidades penales a los hospitales públicos en el caso de ocurran graves incidentes como consecuencia del colapso de las urgencias en Son Llátzer, Son Espases y Can Misses y de los recortes de personal.

La organización sindical ha afirmado en un comunicado que los profesionales están «extenuados» y no son suficientes para enfrentarse al aumento de pacientes que sufren estos días los hospitales públicos.

SATSE ha denunciado que las urgencias del hospital Son Llàtzer y Son Espases se encuentran «absolutamente desbordadas» debido al cierre de camas y recortes de personal, que ha llevado a cabo «de manera absolutamente irresponsable el Ib-Salut».

Ha señalado que las urgencias en estos centros asistenciales se encuentran con picos de hasta cincuenta pacientes ingresados sin camas, mientras que en Son Espases se han bloqueado dos camas de la unidad de cuidados intensivos y un módulo completo de veinticinco camas más, del que el sindicato exige su apertura inmediata.

Ha añadido que el problema se agrava estos días debido al incremento de pacientes con afecciones propias de la estación invernal y porque no se autoriza la derivación de los enfermos a la sanidad privada, como parte de la política de austeridad de la Conselleria de Salud, Familia y Bienestar Social.

El «estrés», la «angustia» y el «agotamiento» están ya presentes entre los profesionales de enfermería, «ante la falta de medios, tiempo y espacio para dar una atención sanitaria con unos mínimos estándares de calidad».

SATSE ha advertido que «en caso de que ocurran incidentes graves debido a la situación, en los que se vean envueltos profesionales de enfermería, presentará una demanda penal contra la dirección del centro afectado, que según la legislación vigente, es el responsable de garantizar la calidad de la asistencia sanitaria».

El sindicato presentará además «un escrito ante el juzgado de guardia a fin de descargar a los profesionales de la responsabilidad ante una situación que no dominan y de la que se están convirtiendo en víctimas, junto con los usuarios del sistema».

Según SATSE, en las islas se están viviendo situaciones inéditas y «escenarios propios de otros tiempos o de países menos desarrollados».

Han agregado que ante el colapso de las urgencias no se han reforzado los equipos, y los mismos profesionales deben asumir todos los enfermos, que se exponen a no tener la asistencia idónea, «al aumento de la posibilidad de errores, demoras en la administración de tratamientos y en la atención a la demanda del pacientes y la posibilidad de incidentes graves»