La plantilla de Spanair toma conciencia de que acudirá al Fogasa. | J. TORRES

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Los 5.613 beneficiarios en 2011 de las prestaciones del Fondo de garantía Salarial (Fogasa) en Balears, que fueron un 28% más con relación a 2010, no apuntan a una cifra de récord. El desplome del mercado laboral apunta a que el organismo estatal encargado del pago de salarios e indemnizaciones a los trabajadores de empresas insolventes crecerá este año. Sin ir más lejos, desde enero hay 240 (ex) empleados de Spanair que se encaminan hacia el mismo pagador, dado que la compañía aérea carece de recursos para sus obligaciones laborales.

Garantías. El Fogasa es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social que garantiza a los trabajadores el cobro de salarios debidos e indemnizaciones por despido que no pueden pagar las empresas declaradas judicialmente insolventes. No cubre las cantidades reales de cada caso particular sino los cálculos con los que opera por ley para asegurar al menos una parte de la deuda con todos los posibles afectados en España.

Cálculo. En general, el Fogasa asegura indemnizaciones de uno a veinte días por año trabajado, con un tope de doce. En el caso de los salarios, la cantidad máxima a abonar es el triple del salario mínimo interprofesional diario -75 euros- hasta un máximo de 150 jornadas.

Plazos. Para que el Fogasa inicie el abono de cantidades a los trabajadores con deudas hace falta una declaración judicial de que la empresa es insolvente, o bien una certificación de los administradores de una empresa en concurso en la que no hay solvencia de caja para sus deudas. En el primer caso el plazo desde una demanda en lo Social hasta el pago efectivo puede llegar a dos años. En el segundo puede ser cuestión de meses.

Bases. El Fogasa no incluye la cobertura de garantía salarial para los pluses por convenio que suelen acompañar en las nóminas españolas al concepto de salario base.

Retorno y «hucha». El Fogasa no es una mera entidad pagadora que opera a fondo perdido con dinero del Estado. Se persona en los procedimientos judiciales -de lo Social y de lo Mercantil- para intentar recuperar al menos parte de lo gastado si acaban «apareciendo» bienes de las empresas en quiebra. Con esa «hucha» se incrementa su capacidad financiera.