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El aumento de temperaturas, los aires acondicionados y el cambio de hábitos alimentarios, los baños de mar y en la piscina, aumentan algunas enfermedades que, aunque se pueden tener durante todo el año, en verano alcanzan su punto más álgido.

Las patologías más comunes en verano son la gastroenteritis y las infecciones alimentarias; la conjuntivitis, otitits, faringitis y otras muchas enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio como los resfriados o la bronquitis. También hay que tener mucho cuidado con permanecer demasiado tiempo al sol ya que puede provocar insolaciones e incluso deshidratación. Y las mujeres deben tener en cuenta que los baños aumentan considerablemente el riesgo de sufrir una cistitis. De hecho unas 73.000 mujeres de Balears han sufrido cistitis en el último año.

Otro dato a tener en cuenta, según las estadísticas que maneja el Servei de Salut de les Illes Balears (IB-Salut), es que los turistas duplican en verano la actividad en los centros de salud y los Puntos de Atención Continuada (PAC) de las Islas, especialmente de los que están situados en las zonas costeras.

Intoxicaciones

La mayoría de las intoxicaciones alimentarias se concentran durante los meses de verano y están favorecidas por la variación de los hábitos de preparación de alimentos debido, en muchos casos, al cambio de lugar de residencia a causa de las vacaciones.

El equipo de Microbiología del Centro de Análisis de la Clínica Rotger, dirigido por el doctor Mikel Ruiz, y en el que trabajan Pilar Palou, biológa especialista en análisis clínicos trabaja pra dar un resultado rápido y fiable ante una intoxicación alimentaria.

Las intoxicaciones alimentarias que se producen con mayor frecuencia son las producidas por bacterias como la salmonella o el campylobacter», explica el microbiólogo.

El hecho de que en verano se produzcan más diarreras y enfermedades alimentarias se debe, según el doctor Ruiz a dos razones fundamentales. La primera es porque las bacterias crecen mucho en ambientes con una temperatura entre 25 y 40 grados y una humedad elevada. La segunda por razón es que en verano nos comportamos de forma más relajada que durante el invierno respecto a la alimentación y a la higiene alimentaria.

Los médicos recomiendan que, para proteger la salud durante el verano y poder disfrutar de las vacaciones, es importante comer bien y cuidar mucho la higiene. Cambiar de inmediato la ropa húmeda y evitar los cambios rápidos de temperatura.