El grupo de indignados y la desahuciada, vestida de azul, frente a la Policía.

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Ayer por la mañana, se produjo el primer desahucio en Palma después de que comenzase el Movimiento 15-M.

La ya ex-inquilina Graciela Moro y su hija de 8 años acabaron en la calle después de que funcionarios del juzgado nº11 y la procuradora Marta Font se personasen en la vivienda, situada en la calle Ferrería, a las 11.20 horas acompañados de la Policía Nacional.

Fuera esperaban para dar apoyo un grupo de indignados, quienes no pudieron hacer nada por impedir el desalojo debido al reducido número de miembros que allí había. De hecho, ellos mismos expresaron su malestar ante la situación que se había dado. «No hemos podido impedir el desahucio por culpa de la mala organización que estamos teniendo dentro del movimiento», declaró uno de ellos.

La mujer desahuciada, visiblemente afectada, afirmó que esta era la segunda vez que las autoridades intentaban quitarle la casa y también reconoció que llevaba sin pagar el alquiler desde mediados de 2010. La vivienda es un piso de protección del IVABI y el alquiler era de 350 euros al mes, pero Graciela tenía problemas económicos graves puesto que se había quedado sin trabajo y era autónoma por lo que no cobraba prestación por desempleo.

Graciela había intentado buscar una solución antes de que la desahuciasen: «tuve la iniciativa de comunicarme con ellos pero no me han contestado, he mandado mails pero nadie me ha contestado». Esta era la segunda vez que las autoridades intentaban desalojarla del inmueble, la primera vez fue hace un mes y los indignados lo impidieron, pero esta vez no ha sido posible: «Los muebles los tengo en las casas de los vecinos y en un depósito. Ahora por el momento,viviremos mi hija y yo en casa de una amiga».

Dirigentes del 15-M han estado ayudándola con la burocracia para intentar que no le quitasen la casa.