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La pequeña y mediana empresa de Mallorca (Pimem) considera que la proliferación del todo incluido está impidiendo una mayor y más rápida recuperación de la actividad económica del archipiélago, puesto que esta modalidad desactiva el consumo de quienes visitan las islas en restaurantes, bares, cafeterías y comercios de las zonas turísticas.

El presidente de Pimem, Rafael Rubio, considera erróneo implantar y extender en Baleares un sistema que «sí funciona en países de Sudamérica», donde la oferta complementaria simplemente «no existe», pero «no en Mallorca», con un escenario completamente diferente, y con una oferta complementaria «potente y de calidad».

El 'all inclusive', explica, atrae a un tipo de visitante con menor poder adquisitivo. «Viene una familia a Mallorca y se queda toda la semana en la piscina. Muchas veces ni va a la playa, porque ello le reporta un gasto y por tanto se queda encerrada en el hotel», lamenta Rubio.

En su opinión, el responsable de esta situación es el hotelero que «no se ha puesto al día de los estándares que podrían atraer a un turismo de mayor calidad y mantiene estándares de los años setenta y con una oferta que ha quedado en desuso».

De este modo, como el hotelero «no quiere perder plazas, y a su vez no invierte en ellas, oferta nuevos servicios --todo incluido-- para no subir tarifas y seguir atrayendo turistas que, al final, no consumen fuera del hotel», sentencia. Estos turistas «no alquilan un coche en una empresa de rent a car, no van a las playas, no consumen en los chiringuitos, no cenan en restaurantes ni van a cafeterías, ni acuden a Palma de compras».

Así, el presidente de la patronal lamenta que este turismo «al que nos hemos visto avocados estos últimos años no es el visitante para el que está organizada la isla. Lo que queremos es que la gente se mueva y consuma, porque ello activaría nuestra actividad profesional». Y este arranque de temporada a medio gas explica, según él, que la contratación laboral en el sector turístico no haya despegado como se esperaba.

Mejores perspectivas para junio

Aun así, Rubio se muestra optimista de cara al mes de junio, cuando se espera que se reactive el consumo con una mayor llegada de turistas. En mayo, precisa, el sector creyó que la proximidad de las Semana Santa con el inicio de la temporada supondría un «empujón rápido» al consumo, pero «no ha sido así».

Por tanto, si en junio repunta la ocupación en los hoteles, con un incremento de turistas y estos hacen un mayor gasto, «esperamos que se note en la restauración y la hostelería». Hay muchos negocios que «van a media marcha, que gestionan sus empresas a nivel familiar y que esperan que el consumo despegue para contratar a toda la gente que necesitan para desarrollar su actividad», afirma.


2.000 autónomos más en mayo

Por otro lado, en mayo, 2.000 autónomos se dieron de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), un dato que Rubio considera «significativo» y añade que además constata que «hay gente que sigue siendo emprendedora, que se pone manos a la obra».

Así, el empresario concluye que «todo contribuye» a mover la economía, y si se crean pequeños núcleos empresariales se activa también el consumo doméstico, que se ha visto completamente retraído por la crisis. «El consumo es la única forma que tiene nuestra economía de crecer», apostilla.