Imagen de la nube de cenizas del volcán islandés Grimsvöth. | STR

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La erupción del volcán islandés Grimsvöth y la nube de cenizas que se está expandiendo por el norte de Europa, ha generado ya la lógica alarma en el sector turístico balear y en todos los grupos turísticos europeos y compañías aéreas, que no olvidan los efectos que tuvo el pasado año la nube de cenizas del volcán Eyjafjalla.

La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, Marilén Pol, ha manifestado que están «profundamente preocupados» ante esta noticia que cada vez está cogiendo más fuerza en Europa, ante las consecuencias que pudiera tener este fenómeno natural en el tráfico aéreo.

«Esperamos que no sea, ni por asumo, lo mismo que ocurrió con el volcán islandés Eyjafjalla, que hace un año paralizó durante semanas los cielos europeos. El daño que podría hacer a la industria turística balear, ante unas perspectivas muy buenas, sería incalculable, porque rompería de raíz el inicio de la recuperación turística y de la rentabilidad empresarial», indicó.

Los perjuicios para la economía balear por este fenómeno geológico adverso se cifraron en varias decenas de millones de euros.

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Preocupación

Las patronales de las compañías aéreas AECA y ACETA, así como los grupos turísticos TUI, Thomas Cook y resto de touroperadores, confían en que la evolución de la nube de cenizas vaya en dirección al norte.

Sin embargo, la Aviación Civil británica advirtió ayer que hoy habrá problemas en el tráfico aéreo con destino al Reino Unido. La previsión, según los vulcanólogos, es que la nube de cenizas llegue el jueves al norte de España, circunstancia que afectará a todo el tráfico británico y francés.

Hoteleros, touroperadores y aerolíneas confían en que los vientos sigan desviando la nube hacia el Àrtico.