Miquel Munar, en el centro, posa con todos los integrantes de la candidatura.

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Miquel Munar presentó ayer su candidatura al Ajuntament de Palma en un acto celebrado en el Hotel Valparaíso y que contó con la asistencia de medio millar de personas. Munar admitió que no tiene posibilidades de ser alcalde, pero advirtió que intentará influir para que las cosas se hagan bien en Palma. «No quiero sillas y no seré tan tonto para pensar que seré alcalde, pero queremos influir para hacer una Palma mejor», anticipó Munar, quien presentó uno a uno a todos los integrantes de su lista. Catalina Reynés ocupa el segundo puesto y Josep Franco el tercero.

El candidato de Convergència para el Ajuntament de Palma advirtió que hay otra forma de hacer política «y nosotros somos ciudadanos normales que queremos servir». «Queremos sustituir la palabra poder por la palabra servicio. Estamos para trabajar y no para hacer patrimonio. Mis padres me enseñaron que primero los discapacitados, luego las personas mayores y luego las mujeres. Eso es lo que quiere Convergència. Pensar en todo el mundo», subrayó Munar. El líder de Convergència explicó que su equipo comenzó con seis personas, pero en la actualidad son seiscientos.

«Palma es de todos y para todos. Hay un problema, que solo tiene Palma. Hay tres tipos de ciudadanos, los turistas, los que pagan impuestos y los inmigrantes», aseguró.

Durante la presentación de la candidatura, Munar denunció que Palma es una ciudad «cara e inhóspita».