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La apertura del pequeño comercio los domingos continúa siendo un filón para aquellos negocios que están regentados por inmigrantes. Con todo, algunas tiendas del centro de Palma comienzan a sumarse al carro de la 'ley Montilla', una norma que da libertad de horario a los locales que no superen los 300 metros de superficie.

La crisis y mantener la fidelidad del cliente son algunas razones para abrir en festivo: «Estar ahí», comentó Ana, una vecina de Sant Ferran. Aún así, los que todavía se llevan el gato al agua son los comerciantes inmigrantes. Es el caso de la tienda Mao Sheng, que abre cada día de 10.00 a 24.00 horas.

Ana, que es cliente de Mao Sheng, valoró de forma positiva poder comprar cualquier día fruta, verdura o bebida: «Siempre hay olvidos y la calidad es buena».

Horarios amplios

Ana añadió que «los jóvenes, como mis hijos, cuando hacen una fiesta siempre encuentran una botella de vino para comprar».

Nanco es un búlgaro que también abre su frutería, situada en Joan Crespí, de 10 a 22 horas, al igual que Willy, un uruguayo que abre en Sant Ferran los domingos por la mañana: «Prefiero cerrar los sábados por la tarde; hay menos clientes».
Algunos españoles, pocos en realidad, también se han sumado a la decisión de abrir en domingo, como en el caso de alguna frutería en el Mercat des Tenis, como también sucede en otras zonas de Palma.