Antich conversa con Diéguez. | Pere Bota

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Al president Antich no le gustó demasiado que el recién elegido cabeza de lista de UM a Palma, Marc González, dijera el lunes que su partido descartaba llegar a acuerdos post-electorales con la actual alcaidesa, Aina Calvo, si bien estos acuerdos podían darse en el Consell o en el Govern.

Antich, en los pasillos del Parlament, afirmó que «de los pactos se hablará después de las elecciones» y añadió que «antes de rechazar pactos, hay que contar votos».

Antich, que habitualmente no hace declaraciones en los pasillos de la Cámara (suele intervenir en la tribuna, pero deja que el portavoz o la secretaria de Organización del partido se encarguen de las matizaciones), convocó él mismo a los medios, con la idea de responder a Antoni Pastor, portavoz del PP que le había acusado de suspender una reunión para «pactar leyes»,

«No había nada que pactar, se trataba de una ley que ya estaba pactada y lo único que quería el PP era una foto».

Antich ironizó sobre la situación del PP y afirmó que si Bauzá, el presidente del PP, quiere reunirse con él basta con que se lo proponga. Y añadió «no me como a nadie». Antoni Pastor, también los pasillos», llamó «mentiroso» a Antich y afirmó que fueron sus socios de gobierno y UM los que le impidieron el encuentro. Fue uno de los flecos del pleno de ayer, también marcado por la tensión en el interior, y que describen lo que, a partir de ahora, será el ambiente parlamentario: de precampaña.

Pesimismo

Antich, como el día anterior hiciera el conseller Moragues en una entrevista con Televisió de Mallorca, se desmarcó de la 'corriente pesimista' del PSIB y señaló que «las encuestas que se han publicado hasta ahora no sólo no registran bajadas del PSIB, sino que aumenta». Así y todo, destacó que «la única encuesta fiable es la de las elecciones».

La estrategia del PSIB parece ser que el PP no es «de fiar». Los socialistas quieren pactar las principales leyes con UM, incluida la del Buen Gobierno.