Las calles y plazas más céntricas de Palma se llenaron ayer por la noche en la tradicional revetla de Sant Sebastià. | M. À. Cañellas

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Las calles y plazas más céntricas de Palma se llenaron ayer por la noche en la tradicional revetla de Sant Sebastià, una fiesta que, de nuevo, se desarrolló sin lluvia y que comenzó con un ball de gegants, capartos y xeremiers , la actuación de los Castellers de Mallorca y el encendido oficial del fogueró instalado en la Plaça Major (el año pasado fue en la Plaça d'Espanya) por parte de la alcaldesa de Palma Aina Calvo, que estuvo acompañada por algunos miembros de su equipo: Antoni Donaire, José Ila, Begoña Sánchez, Eberhard Grosske y Nanda Ramón, así como representantes del PP, Catalina Cirer, Julio Martínez, Aina Ferriol, Carlos Beramendi, Catrín Terrassa y Javier Morente.El Ajuntament de Palma proporcionó a más de 200 entidades 12 toneladas de leña (cuatro de las cuales se quemaron en la Plaça Major) y 50 kilos por cada uno de los 176 torradors y 300 tanques petits repartidos por Palma. Dispuso de 200 toneladas de arena para evitar que el asfalto se calentara, ubicó y 26 WC móviles entre las plazas de España, Cort y de la Reina, colocó 40 focos para iluminar mejor la zona de las torradas y destinó a 25 hombres para que a lo largo de la noche estuvieran pendientes de éstas.

Poco a poco se fueron encendiendo los foguerons y miles de ciudadanos compartieron la velada entre paseos, torradas y atención a los conciertos, numerosos y diversos. Pero todo a su tiempo. Primero, llegar al lugar, algunos con cierto retraso ya que habían salido tarde del trabajo; algunos portando en bolsas, y desde sus casa, las viandas; otro comprándolas en el mercado de l'Olivar y otros adquiriéndolas en el tenderete del partido político o en el bar de la plaza elegida que estaba abierto, que lo estaban casi todos.