Los Reyes han llegado por barco y posteriormente han recorrido las calles de Ciutat. | Pere Bota

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Decenas de miles de niños y adultos han abarrotado hoy el centro de Palma para dar la bienvenida a la ciudad a los Reyes Magos, protagonistas de una colorista cabalgata en la que se han repartido cinco toneladas de caramelos y se han atendido especialmente las necesidades de los pequeños discapacitados.

El desfile de Melchor, Gaspar y Baltasar, que han saludado a los niños desde tres de las dieciséis carrozas que han recorrido algunas de las principales calles de la capital balear, también ha estado marcado este año por la austeridad que impone la crisis económica.

Pero los niños que atestaban la ruta del cortejo de los Magos de Oriente han disfrutado boquiabiertos del desfile de payasos, coches de bomberos, caballos y jinetes, carrozas luminosas, acróbatas, malabaristas, duendes, hadas y otros personajes fantásticos que han precedido a los Reyes Magos, a los que en total han acompañado unas 400 personas.

El momento más emocionante para los pequeños, apretados en primera línea los más afortunados y el resto encaramados en brazos y hombros de padres, tíos y abuelos, ha sido el paso de Baltasar, Melchor y Gaspar, de quienes esta noche esperan generosidad para poder disfrutar mañana de sus juguetes favoritos.

A las 18.00 horas, la cabalgata ha partido del Paseo Sagrera para iniciar un dilatado recorrido por Antoni Maura, el Born, la Plaza Juan Carlos I, Unió, Rambla de los Duques de Palma, Vía Roma, Bisbe Campins, Cerdanya, Paseo Mallorca, Jaume II, de nuevo el Paseo del Born y finalmente la Plaza de la Reina.

Desde este último punto, los Reyes tenían previsto desplazarse hasta el Ayuntamiento para saludar a las personas congregadas en la Plaza de Cort y reunirse posteriormente en el salón de plenos del consistorio con un grupo de niños discapacitados.

Para facilitar este encuentro, un embajador real traducirá al lenguaje de signos para los niños sordos las palabras de los Reyes, quienes mantendrán además contacto táctil con pequeños invidentes.

Además, en cuatro puntos estratégicos del recorrido real se han habilitado plataformas reservadas para personas con discapacidades motrices y en la Plaza Juan Carlos I se ha dispuesto un espacio acondicionado para que niños con enfermedades graves también pudieran disfrutar directamente de la cabalgada.