Maria Durán, Joana Barceló, Francesc Antich y Pablo Pineda, con los directivos de la Fundación Adecco y Joves Empresaris. | Redacción Local

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Una persona con discapacidad tiene más dificultades que el resto para conseguir un puesto de trabajo. De hecho, su tasa de paro es tres o cuatro veces superior a la media. Sin embargo, incluso a pesar de la crisis, la situación está cambiando, y eso es gracias, en buena medida, al impulso del Govern, a la colaboración de entidades sin ánimo de lucro y a las propias empresas.

El president del Govern, Francesc Antich, dio a conocer los datos en una reciente jornada organizada por la Direcció General de Responsabilitat Social Corporativa, la Fundación Adecco y Joves Empresaris.

Según expuso Antich, en 2009 se atendió a 1.414 personas con discapacidad, de las que 709 consiguieron un contrato laboral en 461 empresas de las Islas; 284 personas tienen contrato indefinido. En ese contexto, el president Antich hizo un llamamiento para que las empresas socialmente responsables contraten al menos a una persona con discapacidad, más allá de lo que normativamente es obligatorio.

La evolución desde 2001 es significativa. Desde entonces se ha multiplicado por tres el número de personas beneficiadas. Y para ello la colaboración de las entidades implicadas ha sido fundamental. Fue precisamente en 2001 cuando se constituyó la 'Taula de programes d'inserció laboral de persones amb discapacitat i necessitat de suport', en la que participan el Govern, los consells insulars, el ayuntamiento de Palma y una decena de entidades que se dedican a la integración de las personas con discapacidad. Se ha demostrado, por tanto, que sumar esfuerzos y coordinar estrategias da el mejor resultado posible.

Treball amb suport

La hoja de ruta de la 'Taula' es lo que se conoce como 'Treball amb suport': un conjunto de servicios y acciones, normalmente individualizados, que permiten a las personas con discapacidad o con especiales dificultades acceder, mantenerse y promocionarse en una empresa contando con el apoyo de profesionales.

En el Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB), por ejemplo, se adaptan los procesos de acompañamiento para encontrar trabajo a las especificidades de las personas con discapacidad, respondiendo así a uno de los compromisos del Pacto por la Ocupación para promover la inclusión social de los colectivos con más dificultades.

Las jornadas sobre integración que se celebraron en Palma tuvieron como protagonista al actor Pablo Pineda quien explicó su experiencia en una conferencia que llevaba por título 'La igualdad en primera persona'. El actor malagueño es un ejemplo claro de superación: ha sido ganador de la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián por la película Yo, también, por la que estuvo nominado al Goya, y ha sido el primer licenciado europeo con síndrome de Down.

La experiencia

En su intervención, Pineda quiso hacer un llamamiento a la sociedad, en general, y a los empresarios, en particular, para que la integración laboral de las personas con discapacidad sea posible y se promuevan políticas, públicas y privadas, basadas en la responsabilidad social. «La gente aún se sorprende de lo que podemos hacer las personas con síndrome de Down, dijo. Hay que cambiar el chip, la sociedad y los empresarios. Sobre todo, porque tenemos derecho a trabajar, no nos están haciendo un favor ni es caridad».


Jornadas

La jornada también contó con dos mesas redondas. La primera, sobre la regulación laboral de la discapacidad, en la que intervino el inspector de Trabajo Ignacio Ruiz y la directora de Operaciones de la Fundació Adecco, Arancha Jiménez, y una segunda mesa redonda sobre la integración de la discapacidad en la empresa y Responsabilidad Social Corporativa, en la que participaron la directora general de Responsabilitat Social Corporativa de la Conselleria de Turisme i Treball, Maria Durán, la presidenta de l´Associació de Joves Empresaris, Irene Llull y los representantes de varias empresas de las Islas comprometidas con la Reponsabilidad Social Empresarial que dieron a conocer sus éxitos después de haber incorporado en sus plantillas grupos de personas en riesgo de exclusión social.