Jaume Santandreu, en una imagen de archivo. | ultimahora.es

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Jaume Santandreu, de forma voluntaria, colgará los hábitos el próximo 18 de diciembre, tras una misa en la parroquia de Cristo Rey, de Manacor, donde dijo la primera hace de ello 50 años, tras haber sido nombrado sacerdote.
Me lo contó ayer, en el transcurso de la bendición del Belén que la Sauna Spartacus ha inaugurado en un local de la calle Ocells, de Palma, Belén que podrá ser visitado a partir de hoy. Los donativos que se obtengan en las visitas a este Belén, obra del artesano Salvador Martínez, además de propietario de dicha sauna, irán a parar a Can Gazá, institución que dirige Santandreu.
Santandreu, un día de esta semana, entregará al obispo una carta explicando los motivos de su decisión. «¿Motivos por los que dejo de ser sacerdote? Simples: cuando las relaciones humanas se sustentan en la desconfianza, mejor dejarlo. Que la Iglesia arregle nuestra situación jurídica, que yo tengo bastante en juntar la poca dignidad que me queda». ¿Qué va hacer a partir de ahora? «Seguir en Can Gazá. En Perú aprendí que cuando los templos se caen, el lugar más seguro es la intemperie. Por eso le pido a Iglesia que lo que me paga a mí, que no es mucho, que lo done a Can Gazá, a los pobres. Porque a partir del 18 estaré de forma oficial desligado de la Iglesia, pero seguiré enamorado de Jesús y comprometido con la lucha al lado de los desamparados».
A Jaume le pido que me dé, o que me muestre, la carta, pero dice que me la dará una vez que se la haya entregado al obispo. «Solo te diré que pido un regalo con motivo de mis Bodas de Oro sacerdotales que pondrán fin a mi carrera sacerdotal: que me regalen la segunda edición de Encís de minyonia, el libro que escribí hace años y en el que cuento por qué soy homosexual». En la carta, Santandreu cita con nombre y apellido al hermano de La Salle que abusó de él sexualmente siendo un niño.