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El cuñado de Jaume Matas, Fernando Areal, admitió ante el juez el pago de 100.000 euros en efectivo por la opción de compra del piso de lujo de Madrid cuya propiedad atribuyen los investigadores al ex president. En su declaración, el cuñado dijo que su hermana Maite estaba muy interesada en adquirir la vivienda de la calle Ramón de la Cruz de Madrid y que él actuó como intermediario en una posible compra que llegó hasta el pago de esa cantidad. A preguntas del juez Castro explicó que intentaba ocultar la participación de su cuñado dado que en ese momento, éste era candidato a la Presidencia de Balears y que, por este motivo, le sirvió de pantalla para evitar un escándalo en plenas elecciones.
Sin embargo, Areal, dijo que Matas y su mujer no llegaron a adquirir el inmueble ya que, al ganar el PP las elecciones, su cuñado volvió a ser president y la familia se quedó en Palma. De esta forma, señaló que perdieron interés en la compra y finalmente el piso pasó a manos de Bartomeu Reus, al que traspasó ese contrato de compraventa. Según esta versión, éste más tarde alquiló el piso al matrimonio Matas, que pagaba 2.500 euros al mes.
Los investigadores creen que el piso pertenece en realidad a Jaume Matas, si bien esta mañana el ex presidente de Gesa, Bartomeu Reus sostendrá lo contrario en su declaración.
Areal también reconoció los pagos en efectivo al constructor que rehabilitó el palacete de la calle Sant Feliu. En su declaración judicial, el empresario afirmó que recibió dos pagos en metálico por parte del entonces gerente del PP, uno en la oficina de Bancaja en la que trabajaba y otro en la propia sede del Partido Popular en Palma. En la primera de esas operaciones, el empresario recibió 32.000 euros y en la segunda, 34.000. Según declaró el constructor, Areal le dijo: «ya haremos cuentas».
En metálico
Tras admitir esos pagos en metálico, el cuñado de Matas sacudió cualquier responsabilidad en otros temas. Sobre la sociedad de valores en la que participaba y también lo hacía la constructora del Palma Arena, la empresa Melchor Mascaró. Areal admitió que él participaba en la sociedad, si bien negó que él tuviera capacidad de decisión en la misma. Eso sí, también reconoció que la empresa que realizó buena parte de las obras del velódromo había invertido en ellas en torno a un millón de euros.
El juez Castro también le interrogó sobrela vivienda que la familia tiene en la Colònia de Sant Jordi y que la investigación también cree que es propiedad de Matas, aunque esté a nombre de su madre.