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Ratas que comen y juegan junto a los gatos, basura, un olor insoportable especialmente cuando sopla en viento del sur y unas 150 personas (entre ellos niños) que viven en condiciones mucho peores que tercermundistas, totalmente insalubres. Esta es una descripción muy suave del edificio Flex, ubicado en la calle Aragón.

 

Los vecinos de la zona también se ven muy afectados por este panorama desolador, impropio de una ciudad moderna del siglo XXI como es Palma. Basura, ratas, ruidos, escombros y robos son algunas de las denuncias más generalizadas que realizan los vecinos. «Cuando más ruido hay es por la noche. Aquí deben vivir unas 150 personas que tiran la basura y nosotros la tenemos que limpiar cada mañana», explica el propietario del concesionario Renault de la calle Aragón, Juan Pastor.

 

Además, añade que por la noche, cuando cierran los supermercados de la zona, salen del edificio para coger de la basura la comida que éstos tiran.

 

Los robos se han convertido en algo habitual; así algunos empresarios de la zona se han visto obligados a contratar personal de seguridad. Este es el caso de Pastor que explica que «cuando hicimos obras pusimos un vigilante de seguridad fijo las 24 horas del día y hemos tenido que dejarlos tras tener intentos de robo casi a diario». En este sentido, el propio vigilante señala que ha tenido que llamar a la policía en varias ocasiones.

 

Los bomberos también tienen que acudir con bastante frecuencia al edificio Flex, ya que al estar rodeado de basura cuando tiran colillas por las ventanas se prende fuego con bastante frecuencia.

 

La suciedad, los malos olores y los propios habitantes del edificio Flex también dificultan el trabajo a las empresas colindantes a este edificio, denuncian afectados. Uno de los más afectados es el concesionario Renault, ya que está justo al lado y mucha de la basura que tiran por la ventana cae en su propiedad. Además, Pastor explica que cuando están limpiando los coches les tiran basura.

 

Denuncias

Los vecinos, a través de la Asociación de Comerciantes de Son Fuster, hace tiempo que han denunciado al Ajuntament de Palma, ya que es el propietario del inmueble. En este sentido, cabe precisar que aunque Cort sacó a concurso este inmueble y se le adjudicó a una empresa, como no hubo acuerdo en el pago la operación no se llegó a concretar.

 

Los vecinos denuncian la dejadez del consistorio palmesano y critican que el equipo de Gobierno de Aina Calvo no haya visitado la zona. Sin embargo, el pleno municipal del pasado lunes aprobó una proposición presentada por el PP en la que se instaba al Ajuntament a adoptar medidas lo más rápido posible y con carácter de urgencia en el edificio Flex. La regidora popular, Margalida Ferrando, señala que aunque los realojos llevan más tiempo, sí se podría comenzar a limpiar ya el edificio.