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Este privilegiado, pequeño y tranquilo lugar entre Illetes y Palmanova es el refugio de los marchosos y con dinero, donde se pueden encontrar lugares como el de Rachel Kenion, directora del restaurante Wellies, que este año, después de veintitrés en funcionamiento, ha abierto una coctelería con la que ofrecer a sus clientes una noche completa. Dicha clientela, formada principalmente por españoles, ingleses y escandinavos, puede disfrutar después de una exquisita cena con una selección de clásicos o cócteles creativos preparados por el experto Fabio Rafaelli. Un lugar especial del puerto es el de Stephan Obneck, dueño de Lunes, que ya lleva abierto seis años y cuenta con diversidad de clientela, en su mayoría ingleses y alemanes, aunque también tiene mallorquines. En su local pueden encontrarse gente desde veinte a sesenta años, además de muchas celebridades europeas. Esta abierto todos los días del año y cuenta con una amplia variedad de músicos que tocan en directo a diario amenizando las noches a los que acuden a Lunes a pasar un buen rato. Y no podía faltar en el puerto una discoteca como Karma, dirigida por Paul Miller.