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Agunas de las principales economías occidentales "Estados Unidos, Francia y Alemania" están registrando los primeros datos positivos, síntomas de una recuperación todavía incipiente que permiten albergar esperanzas de que el episodio más duro de la recesión está quedando atrás y que se inicia una fase de lenta recuperación. Los anuncios de estas características siempre deben tomarse con cautela. Por el momento los 'brotes verdes' a los que se alude están sólo en las estadísticas oficiales y las consecuencias del descalabro económico de los últimos dieciocho meses siguen en la calle.

La prensa económica estadounidense anunció estos días el fin de la crisis, mientras que Alemania y Francia han registrado un tímido incremento del 0'3% en su Producto Interior Bruto del último trimestre rompiendo, de este modo, la tendencia negativa anterior, dato que no puede pasar desapercibido por su efecto sobre la economía balear dada su incidencia sobre el sector turístico. El enorme potencial de estos países como 'motores' de la economía internacional permite intuir un cambio de tendencia en el resto de los países con economías abiertas, aunque esta mejoría no afectará con la misma celeridad y profundidad a todos. España, por desgracia, sigue situándose en la cola cuando se plantea el final de esta crisis que ya ha dejado a más de 4 millones de personas en el paro.

Todavía es pronto para determinar si estos primeros indicios de recuperación lograrán consolidarse o, por el contrario, se trata de un rebote en la caída generalizada de la actividad económica. Pasarán meses antes de saber si se materializa esta nueva tendencia y se facilita el crédito a las empresas y disminuyen las cifras de desempleados, parámetros mucho más reales para saber si estamos dejando atrás esta crisis.