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La Autoritat Portuària de Balears (APB) está inmersa en un ambicioso proyecto para garantizar en el Port de Palma el aumento progresivo de los cruceros turísticos para los próximos diez años, hasta 2020, «para lo cual estamos inmersos en una serie de proyectos que van a mejorar las infraestructuras del Port de Palma», señala el presidente de la APB, Francesc Triay.

La actividad de los cruceros se ha estancado este año en Palma a causa de la crisis económica, aunque Triay también achaca esta circunstancia a que «tres buques británicos que operaban semanalmente el pasado año han dejado de hacerlo, de ahí el descenso de escalas y cifra de turistas de cruceros que tendremos a final de año».

El Port de Palma registró el pasado año 496 escalas, frente a las 433 que se prevé este año, lo que supone un descenso del 12%, lo cual hará que no se llegue al millón de pasajeros de 2008.

Triay afirma que la capacidad actual del Port de Palma en estos momentos es para cinco cruceros al día, «para ampliar la capacidad estamos adaptando constantemente las infraestructuras internas del puerto. Aquí se encuadra el proyecto de construcción de un nuevo espigón en el muelle de Poniente que tendrá unos 400 metros y que posibilitará pasar de cinco a siete cruceros, lo que nos colocará al nivel del puerto de Barcelona».

Triay es consciente de que el mercado de cruceros es muy competitivo. «Hay que ver cómo podemos seguir el ritmo de otros puertos. La competencia es muy elevada, principalmente la procedente de Barcelona, pero nuestro objetivo es que el Port de Palma sea un punto fundamental en el embarque y desembarque del turismo de cruceros alemán y británico y ser, al mismo tiempo, punto de tránsito para todo el Mediterráneo. Estamos trabajando para ello en todos los frentes y manteniendo contactos con las navieras y empresas especializadas en este ámbito», explica el presidente de la APB.

En lo que sí quiere hacer hincapié es en el hecho de que las empresas navieras de cruceros turísticos «resaltan las infraestructuras con las que cuentan en Palma», así como en la rapidez con que nos adaptamos a los cambios que nos piden. Esto no lo pueden hacer muchos puertos del Mediterráneo y nosotros sí, lo cual lo agradecen los capitanes de los buques, porque cada vez damos mejor servicio a nuestro clientes».