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Las sensaciones de los abogados de los detenidos eran ayer noche, por lo menos los de los que ya habían prestado declaración ante el juez, entre de satisfacción y algún que otro 'enfado'. Gapar Oliver, por ejemplo, letrado de Jorge Moisés, se mostraba «tranquilo porque creo que ha quedado claro que mi cliente no tenía capacidad para hacer lo que se le ha insinuado que habría hecho en el Palma Arena». Oliver añadió que «Jorge Moisés era el gerente, pero los que tenían autoridad para gestionar las obras eran los dos arquitectos (los hermanos García Ruiz) y la UTE».

El abogado de Miguel Romero, Antoni Coll, se limitó a comentar tras la comparecencia de su defendido que el juez no tomaría ninguna decisión hasta haber tomado declaración a todos los detenidos. Romero, director de la empresa de comunicación Nimbus, estuvo unas cinco horas y media declarando, aunque en este período de tiempo de hizo un receso de una hora, que se aprovechó para almorzar. Fuentes extraoficiales dijeron que la declaración de Romero había sido «muy coherente. En ningún momento se ha derrotado. Ha estado sereno y sus respuestas han tenido una gran coherencia».

Por su parte, José Ramón Orta, que defiende a Rafael Durán, el portavoz del PP en el Ajuntament de Palma, manifestó durante las largas horas de espera en los pasillos de los juzgados, que su cliente «no se ha llevado ni un duro, ni tan siquiera se ha beneficiado de un café», en referencia a su etapa en la que presidió la Junta del Consorcio para la construcción del Palma Arena.

Orta explicó que a su cliente se le imputa un delito de prevaricación, «por lo que enfrenta a una inhabilitación para ejercer un cargo público que oscila entre los siete y los diez años de cárcel, según el artículo 404 del Código Penal».

José Ramón Orta ha repetido su disconformidad por el hecho de que Rafael Durán «haya estado detenido tres días en la Jefatura del Cuerpo, porque se acogió a su derecho a no prestar declaración, puesto que quería hacerlo delante del juez, porque le da más garantías, y de hecho él tiene muchas ganas de responder a todo lo que le pregunte el juez, José Castro.».

La declaración de Rafael Durán se inició sobre las diez de la noche, inmediatamente después de haber finalizado la de Pepote Ballester, que duró poco alrededor de dos horas.