TW
0

La familia Salvá-Lezaun ha querido hacer llegar a través de Ultima Hora el cariño y als muestras de apoyo recibidas tras el asesinato de Diego el pasado jueves.

 

La misiva viene firmada por Antonio (Salvá) y Montse (Lezaun), junto a sus hijos Àlvaro, Vanessa, Eduardo, Borja, Leticia, Marina y Fátima. Vanessa no es hija del matrimonio Salvà-Lezaun, sino que era la novia de Diego. Con este detalle han querido «que forme parte de esta familia y que sigamos siendo siete hermanos», según explicó ayer a este diario Eduardo, hermano de Diego.

 

Eduardo, junto a sus hermanos y algún íntimo amigo, acudió ayer por la tarde a la tumba de Diego en el cementerio de Palma para depositar en la cruz una bandera española. «Ayer (por el viernes) un chico me dio la bandera en Palmanova y me dijo que le gustaría que la tuviera Diego. Hoy (por ayer) me he acordado de ello y he ido a llevársela», explicó Eduardo.

 

La familia Salvá-Lezaun pasó ayer gran parte del día en Santanyí y a media tarde regresó a Palma. Tras la comida, toda la familia preparó la carta de agradecimiento que se reproduce junto a estas líneas.

La familia Salvá-Lezuaun queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a quienes se han volcado con nosotros con su apoyo, su presencia y sus oraciones. A la Guardia Civil, y especialmente a los compañeros de Diego, a las autoridades, y a nuestros familiares y amigos.

 

Junto al zarpazo tremendo de dolor por la pérdida insustituible de un hijo y un hermano, hemos notado el consuelo de la compasión, el cariño de tanta gente buena, y nos sentimos acompañados y confortados.

 

Decía su hermano Eduardo que Diego no era una víctima, sino un héroe. Ha muerto haciendo lo que le gustaba, y ha muerto en acto de servicio, dando lo mejor de si mismo por los demás. La fe cristiana nos dice que su vida tuvo sentido. Tuvo sentido su existencia, su accidente, su vocación de guardia civil y, sobre todo, el regalo que supuso tenerle entre nosotros durante 27 maravillosos años.

 

Traicionaríamos su memoria si nos diéramos por vencidos frente al terrorismo, o cayéramos en la trampa de creer que el mal tiene la última palabra. Porque sabemos, también por fe, que no es así.

 

Agradecemos todas las muestras de cariño por nuestro querido Diego y os pedimos oraciones por su alma..

Antonio y Montse y nuestros hijos, Àlvaro, Vanessa, Eduardo, Borja, Leticia, Marina y Fátima.