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Según los investigadores, un grupo de unos seis miembros de ETA podría formar actualmente un amplio y complejo comando operativo. Podría ser un «comando itinerante» o bien un «comando estable», perfectamente establecido en Mallorca. Estas son las posibilidades que estudia la Guardia Civil.

Primera hipótesis: El comando itinerante. Existe la posibilidad de que el comando que actuó en Palmanova sea en gran parte independiente y autónomo en sus decisiones operativas. El grupo estaría formado por poco más de dos jóvenes, que habrían venido indirectamente desde el sur de Francia. Podrían ser los autores de otros atentados y tener cierta experiencia. Estos jóvenes, instruidos y equipados con material de primera, habrían llegado a la Isla unas semanas antes y su intención sería regresar en cuanto pudieran a la Península para seguir actuando en las costas españolas. Si estuviéramos ante un comando itinerante, podrían incluso estar ya muy lejos de las Islas. El objetivo prioritario sería el turismo en general y la Guardia Civil en particular. Como en otras campañas «de verano» este comando itinerante colocaría bombas en playas y hoteles y se movería a lo largo de la costa mediterránea española durante semanas o meses. Las probabilidades de ser atrapados, o de que cometieran grandes errores, son muchas, ya que la movilidad constante y necesidad de resultados al terminar la temporada de verano les forzarían a exponerse ante controles y vigilancias policiales.

Segunda hipótesis: El comando Mallorca. La segunda posibilidad define otra forma de actuar. Sería un comando de no más de cuatro jóvenes, dirigidos por un veterano, que actuaría con apoyo o información de colaboradores o simpatizantes de la Isla. Este comando no tendría previsto salir en breve de Mallorca, sino que dispondría de varios pisos o santuarios donde permanecer largos períodos de tiempo a la espera del mejor momento para actuar. Su objetivo sería Mallorca y lo que ello representa, el epicentro del turismo, la primera industria española, la Familia Real y los medios de comunicación internacionales. Un comando estable en la Isla sería difícilmente detectable y podría llevar en Mallorca muchos meses. Su cobertura no sería la de turistas, sino que podrían tener trabajo estable, una casa, un préstamo e incluso coches o vehículos propios. Podrían tener, o aparentar, nacionalidad francesa u otras. Dispondrían de documentación falsa y de una «historia» creíble sobre sus orígenes o familias. Este comando cometería varios atentados en Mallorca durante el verano, manteniéndose mientras tanto en su puesto de trabajo o en su casa. Los explosivos podrían haber sido fabricados en la Isla o transportados y ocultados en zulos muchos meses antes. Este tipo de comando sería el más letal y su punto fuerte sería la paciencia y el apoyo de radicales residentes en la Isla con un amplio conocimiento del entorno y las medidas de seguridad habituales en Mallorca.

Un grupo de seis terroristas que tal vez forman en realidad dos comandos.
Estos dos tipos de comandos podrían coexistir de modo independiente y esto explicaría que el atentado de Burgos ocurriera pocas horas antes del de Mallorca. Según los expertos, hay altas probabilidades de que los terroristas se hayan dividido en dos comandos, uno itinerante, que se movería por la Península y otro bien asentado, que actuaría en Mallorca durante el verano.