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El Ministerio del Interior distribuyó ayer las fotografías de seis presuntos miembros de ETA, sospechosos de ser los autores de la última ofensiva de la banda que ha perpetrado dos atentados en apenas 24 horas en Burgos y Mallorca, coincidiendo con el 50 aniversario de la fundación de ETA, el 31 de julio de 1959.

La Fuerzas de Seguridad del Estado han pedido la colaboración ciudadana para capturar a los seis terroristas, todos muy jóvenes y que podrían haber participado en los atentados del miércoles contra la casa cuartel de Burgos y el del jueves en Calvià, en el que fueron asesinados dos guardias civiles.

Se trata de Itziar Moreno Martínez, Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón, Alberto Machain Beraza, Joanes Larretxea Mendiola, Iván Saez de Jáuregui Ortigosa y Oroitz Gurruchaga Gogorza.

Oroitz Gurruchaga, nacido en Rentería en 1981, es el único que ya figuraba en los listados de los terroristas más buscados y estaba considerado uno de los líderes y organizadores de la violencia callejera en el País Vasco.

Por su parte, Iratxe Yáñez e Iván Sáez de Jáuregui también son conocidos de las Fuerzas de Seguridad y tienen antecedentes por haber recabado información sobre posibles objetivos de la banda terrorista, como políticos, militares o policías.

Hipótesis
Entretanto, 24 horas después del atentado de Mallorca, todavía no está completamente aclarado el modus operandi utilizado por los etarras de Calvià, aunque la hipótesis más probable es la de una bomba-lapa con temporizador.

Este sistema facilita la huida a los terroristas, ya que la bomba no se activa hasta pasado el tiempo fijado en el cronómetro y a partir de ese momento estalla al más mínimo movimiento.

Así se explicaría que el coche hubiera estado circulando la misma mañana del atentado sin que explotara el potente artefacto oculto en los bajos del vehículo. De confirmarse esta hipótesis, los etarras habrían tenido tiempo suficiente para abandonar Mallorca antes de que se pusiera en marcha la 'Operación Jaula' en puertos y aeropuertos, una vez que se produjo la explosión.

No obstante, el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, ha asegurado que se trabaja con la posibilidad de que los etarras que perpetraron el atentado no hayan abandonado la Isla, sino que «estarían refugiados en algún piso e intentarían esperar a que se enfriara la situación».

Respecto al tipo de bomba utilizada para asesinar a los agentes Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá Lezaun, el delegado del Gobierno ha insistido en que se trató de un artefacto activado a distancia, lo que apuntalaría la teoría de que los terroristas siguen en Mallorca.

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, no ha querido adelantar ningún dato de la investigación abierta tras los atentados de Burgos y Calvià, ya que todavía se está recabando información.

En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, Fernández de la Vega ha resaltado el compromiso total y absoluto del Ejecutivo con la seguridad y ha recordado que se ha dotado de importantes recursos para reforzar las infraestructuras de la Guardia Civil, pese a que los terroristas aprovechan «cualquier resquicio».

La vicepresidenta ha remarcado que las infraestructuras turísticas españolas «gozan de seguridad» y ha mostrado su confianza en la profesionalidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que «detendrán seguro a los asesinos».

«Sabemos que nunca es suficiente, especialmente en estos momentos de dolor», ha reconocido Fernández de la Vega, que ha insistido en que hay que ser «extremadamente prudentes» porque «estamos hablando de lo que supone enfrentarse a una banda de asesinos como es ETA».