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CARMEN RUIZ DE GALARRETA

No está resultando fácil para PSOE y Bloc gestionar la empresa pública Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), adscrita a la Conselleria de Mobilitat. En dos años de legislatura han tenido que enfrentarse a sendas movilizaciones de los trabajadores, que han convocado varias jornadas de paro. Las posturas están más enfrentadas que nunca. ¿Quién tiene la razón? Posiblemente ninguna de las dos partes. Lo único claro es que son los usuarios del tren los que están padeciendo todas las molestias de las huelgas.

Los trabajadores critican el exceso de cargos políticos en la empresa pública. Razón no les falta. Pero demasiados altos cargos ya había con el PP y no dijeron nada. El problema es que no se ha hecho nada por reducir esta estructura política y mejorar la gestión de la empresa. En el País Vasco, comunidad con las transferencias de ferrocarriles como Balears, existe la empresa pública Eusko Trenbideak-Ferrocarriles Vascos. En la alta dirección de la empresa hay dos cargos políticos: un consejero delegado y un director general. El organigrama se completa con tres direcciones -comercial y de marketing, técnica y administrativa-, al frente de las cuales se han asignado a trabajadores de la empresa. Había una dirección más, pero el nuevo Gobierno vasco la ha suprimido.

Políticos

En SFM, cargos políticos son Jaume Jaume, gerente; Bartomeu Gual; cogerente; Magdalena Perelló, encargada de Recursos Humanos; Martí Ferrer, de Relaciones Externas; Mateu Capellà, de Recursos Financierosm y Maria Antonia Vadell, coordinadora entre SFM y el Consorci del Transport. Y con la puesta en marcha del tranvía, se nombrará un nuevo gerente. 129 millones de euros para gastos corrientes frente a unos ingresos de 7 que tiene SFM es mucho dinero.

La plantilla de trabajadores es otro de los grandes problemas de la empresa. En ello están y es complicado, pero han pasado ya dos años de legislatura y aún queda hasta que se convoquen las 83 plazas pendientes.

Este retraso ha obligado a contratar cinco técnicos superiores, necesarios porque ahora mismo Serveis Ferroviaris debe afrontar una fuerte inversión de fondos procedentes de Madrid, pero ha sido una contratación por selección, no por oposición. Estarán como interinos hasta hacerse la convocatoria de las oposiciones. Y éstas aún tardarán en llegar, ya que primero se llevará a cabo una promoción interna de plazas y después saldrá la convocatoria externa.

En cuanto a la externalización de servicios de mantenimiento, que critican los trabajadores, ésta se realiza en casi todas las empresas públicas ferroviarias. De hecho, la misma compra de trenes lleva implícito el mantenimiento de tres años como ocurrirá con los 'tren-tram'.

La seguridad es el tema que los trabajadores ponen sobre la mesa para convocar la huelga, pero ésta no ha variado mucho con respecto a la pasada legislatura del PP. ¿Por qué no se quejaron entonces? Los 'populares' evitaron cualquier conflicto con los trabajadores accediendo a todas sus peticiones económicas y así se habían acostumbrado. Con los sueldos que tienen, no pueden permitirse hablar de dinero porque, en época de crisis, nadie les entendería. Cierto es que es las horas extras se les han reducido y se les habrá notado en la nómina. Pero aún así, cobran muy bien.