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José María Rodríguez reunió ayer a unas 500 personas en el arranque de su campaña para asumir la presidencia del PP en la capital balear.
Rodríguez se presentó como la persona que sabe escuchar la voz de la militancia y que hará posible devolver al partido la ilusión perdida.
Rodríguez, que hilvanó sus discurso (presentado por el actual portavoz del PP en Cort, Rafael Durán) con las peticiones que le formularon militantes del partido en una serie de reuniones previas, se dirigió al corazón de la militancia y dijo lo que querían oír. En un momento dado llegó a definir al partido como un «cuerpo enfermo». «Soy parte de este cuerpo enfermo y, como dirigente que he sido de ese partido, responsable también de su enfermedad». Dijo comprender el «desánimo» de los militantes ante casos de corrupción pasados y dijo que «debemos pedir disculpas a vosotros y a la sociedad». Afirmó que habían fallado los controles para elegir con más cautela a quienes confiamos la gestión de los ciudadanos».

Tocó todas las teclas para llegar a todos los sectores, incluidos a los 'delgadistas'. Dijo, por ejemplo, que «os entristece ver como el mallorquín se está convirtiendo en una rareza en Palma, mientras vuestros hijos se ven obligados a aprender una lengua estándar, con términos postizos».

Le apoyaron ediles, ex consellers y ex altos cargos.