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JULIÀN AGUIRRE
ENVIADO ESPECIAL A MENORCA

Las fuerzas comienzan a flaquear para muchos mallorquines que se han desplazado hasta Ciutadella. Y es que las fiestas de Sant Joan se viven de día y de noche. Algo difícil de aguantar si además se refresca uno con el tradicional 'ginet', ginebra con limonada.

Los jocs des pla fueron el programa a seguir durante todo el día de ayer. Comenzaron a replegarse caixers y cavallers a primera hora de la mañana cuando el flabioler, Sebastià Salord, pasaba por sus casas. Y alguno no había regresado a su casa, hotel o apartamento, pues en la noche de San Juan todo el mundo, en Ciutadella, callejea. Van de un lado a otro con el ginet bajo el brazo o siendo invitados en una casa u otra. Puertas abiertas en hogares y cocheras con el buen recibimiento de los menorquines hacia quienes celebran estas fiestas. Es caragol de ses Voltes protagonizó por la mañana los ensayos y por la tarde la espectacularidad de estos juegos. Caixers y cavallers afinan su puntería con la lanza e intentan alzarse con la anilla. Posteriormente, corren de dos en dos, a lomos de sus caballos abrazados, e incluso algunos se besan ante el jolgorio de la gente. Miles de personas vibran en Ciutadella.