Los palmesanos vivieron la Nit del Foc y llenaron las playas en la noche más corta del año.

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Tradición, historia y fiesta se cogieron anoche una vez más de la mano haciendo que miles de personas salieran a la calle, especialmente a las playas, para celebrar la llegada del solsticio de verano y alejar los malos espíritus.

La Revetlla de Sant Joan, también conocida como la Nit del Foc o la Nit de les Bruixes, se remonta siglos atrás y se celebra en gran parte de Europa, aunque los países más arraigados a esta tradición son los nórdicos, Portugal y España.

Palma no pudo ser menos y se convirtió una vez más en el centro de las celebraciones mallorquinas, especialmente el Parc de la Mar, las playas cercanas, como la de Can Pere Antoni, Cuidad Jardín o el Arenal.

El Parc de la Mar fue el punto de encuentro para miles de personas, que disfrutaron del espectáculo de fuego Myotragus, con sus 25 dimonis. A las 20.00 horas el público ya bailaba ball de bot acompañado por la música de los Abeniara y los Música Nostra. Un año más, el humor y la ironía vinieron de manos de Miquel Àngel Llonovoy, quien leyó un pregón cargado de dardos con mucho humor. Ante la medida de prohibir los fuegos artificiales, Llonovoy comparó: «Un demonio sense foc és com un carrer sense ORA o un metro sense aiuga».

Mientras, las playas se llenaban rápidamente. La de Can Pere Antoni presentaba el aspecto que podía tener un domingo de verano. Familias con los más pequeños, grupos de jóvenes y gente en general.

También llamaba la atención la notable presencia de familias de procedencia sudamericana. Muchos de los que acudían a la playa lo hacían verdaderamente equipados, con sus sillas y mesas, sus bolsas con bebidas y bocadillos y alguna que otra parrilla.

Una vez terminó el día, las velas y hogueras comenzaron a ser las protagonistas de la arena y el horizonte de la playa tomó esa forma mágica de la Nit de Sant Joan.